En el mercado mayorista de Corabastos, en promedio, todos los días convergen más de 50.000 personas en la comercialización de 8.000 toneladas de productos. Allí encontramos gente 'echada para adelante' como José Victorio Bernal que, a sus 53 años de edad, oriundo del municipio de Ventaquemada, Boyacá, trabaja como cotero (cargando bultos) desde hace 25 años, y con orgullo expresa su amor a la música como compositor y cantante.
“Fui campesino y en mi actividad como productor, siempre cuando estaba sembrando, comenzaba a componer mis canciones, que hoy son parte de mi sustento para mi familia y mis dos hijos", dijo.
Al emplearse en el mercado mayorista dijo que “me siento orgulloso, somos parte de la comercialización de productos, los coteros y zorreros todos los días movemos cientos de toneladas de mercancías. El cargar bulto tiene su ciencia, debe encajar bien en el hombro para evitar lesiones, debemos caminar moderadamente, tener cinturón para evitar hernia. Son muchos los que cargan y los que no vuelven", agregó.
En medio de pitos y motores de carros, silbidos, rizas, bastante frío (aunque no lo siente por su actividad y una gran cantidad de personas), está pendiente que llegue el jefe y ordene lo que hay que cargar
Los fines de semana no trabaja en Corabastos, es un artista que tiene un grupo llamado “El Gato y su Zuin”, interpretan música carranguera, despecho, norteña. Con sus tres compañeros (Rodrigo, Feliz y Víctor), conforman el cuarteto, llevan 8 años de trabajo. Con sus instrumentos como la guitarra, el requinto, el cuatro y el piano van para arriba y para abajo.
Tiene más de 100 canciones escritas, le compone a la paz, al medio ambiente, al hombre, a la mujer del campo, a la vida, a la familia, ha todo aquello que le enseño a ser persona honrada responsable y cumplidora con su actividad.
Es bastante conocido en el mercado, casi todos los fines de semana le salen serenatas, cumpleaños, matrimonios y hasta separaciones.
Donde me llaman, voy con mi música campesina, género musical originada de la región andina de nuestro país. Seguimos los pasos del maestro Jorge Velosa, interpretando torbellinos, rumbas criollas y merengues campesinos.
Finalmente, como un líder, con voz clara y buen trabajador, está pendiente se sus colegas en el mercado, a quien hay que ayudarlo, todos nos ponemos de acuerdo y aportamos en beneficio del necesitado.