Las 14 centrales mayoristas del país, sobre todo Corabastos, se han convertido para estudiantes de pregrado, posgrado, docentes e investigadores de universidades, sitios importantes para capacitarlos en temas de logística operativa, abastecimiento, ofertas, demanda, empaques, calidades, transporte y formación de precios de alimentos básicos de la canasta familiar.
El mercado mayorista de Bogotá recibe semanalmente entre dos y tres visitas que permiten observar desde muy temprano todos los componentes que desarrolla la entidad, para recibir diariamente 9.000 toneladas de productos, 1.450 vehículos de carga y 5.300 comerciantes mayoristas y minoristas que participan en la práctica comercial.
La semana pasada estuvo la Corporación Universitaria Minuto de Dios, de la Especialización de Agricultura Familiar, módulo políticas públicas, donde más de 25 estudiantes observaron todo el proceso comercial que se desarrolla desde hace más de 50 años.
El observar la operación comercial del mercado mayorista capitalino se detecta el sistema agroalimentario que tiene componente de comercialización, indicando que las centrales de abastos pueden ofrecer alternativas a la agricultura familiar, en la compra y distribución de las cosechas.
Los docentes Arlax Angarita Leyton y Julián Augusto Vives, coinciden que en la actualidad hay bastante interés por parte de profesionales del agro, entre los que están: agrónomos, sociólogos, antropólogos, ciencias sociales y aquellos profesionales afines al mundo rural, en el tema de agricultura familiar, que hace varios años se denominaba agricultura campesina.
Este tipo de profesional tiene un amplio campo laboral, donde, agencias internacionales, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, crean programas y proyectos orientados a la agricultura familiar que contempla todo el proceso que deben realizar los productores para lograr el fruto que produce la tierra, con los componentes ambientales, técnicos, semillas, cuidado de cultivos, la cosecha y la comercialización hasta que llega al consumidor final.
Las salidas de campo son importantes para los profesionales porque se analizan los sistemas productivos, propios de la agricultura familiar, donde se buscan elementos para fortalecer el trabajo de productores de pequeña y baja escala, que han estado marginados.
Muchas tecnologías se centran específicamente en el trabajo con empresarios agroexportadores. Los agricultores de baja escala, que representan 80% de los alimentos que se producen en Colombia, están en las manos de los labriegos. Hay mucha expectativa es que conozcan el mercadeo y se busquen alternativas para la comercialización.
Las centrales de abastos juegan un papel importante apoyando los circuitos cortos de comercialización, contrarrestando el intermediario, haciendo justicia con el ingreso que recibe el agricultor familiar.
Viviana Rodríguez Santos, zootecnista y estudiante de la especialización, observa la agricultura familiar como una ventana de oportunidades en la medida que los profesionales del agro y se van especializando para contrarrestar los problemas del campesino.