La seguridad alimentaria es un tema de gran importancia en todo el mundo, y la diversidad de germoplasma y semillas juega un papel fundamental en garantizarla. La biodiversidad agrícola, es decir, la variedad de plantas cultivadas y sus parientes silvestres, es crucial para la producción sostenible de alimentos y la adaptación a los desafíos que enfrenta la agricultura en la actualidad, como el cambio climático y las plagas y enfermedades de las plantas.
De acuerdo con Amalia Díaz, líder de colecciones botánicas del Instituto Humboldt, “un banco de semillas es una colección cuyas condiciones permiten que las semillas permanezcan ‘vivas’ y viables por cientos de años. Para ingresar semillas a estos bancos se sigue un protocolo estricto desde la recolección hasta el procesamiento y el almacenamiento para asegurar su viabilidad”.
“Las plantas son el pilar de la vida en la tierra, ellas nos dan el aire que respiramos, gracias a ellas tenemos agua en nuestros ríos y son una fuente inagotable de alimentos para la humanidad y para otras especies que consumen frutos y semillas”, asegura Amalia Díaz.
Según SibColombia, la plataforma que se centra en la recopilación, gestión y difusión de información sobre la biodiversidad en América Latina, Colombia es el segundo país con mayor biodiversidad vegetal en el mundo, con más de 29.000 especies de planta y alberga cerca de 6.400 especies únicas o endémicas.
Sin embargo, según esta fuente, estos recursos vegetales están en peligro debido a la actividad humana: tala de bosques, minería, crecimiento urbano y ganadería extensiva. Los bancos de semillas son importantes. De allí que una de las estrategias para reducir este impacto y prever la conservación de esta gran riqueza genética y patrimonio biológico fuera de su hábitat natural, radica en los bancos de semillas, que, mediante parámetros de humedad y temperatura establecidos internacionalmente, permiten preservar la biodiversidad vegetal.
De acuerdo con SIB, “es una modalidad muy eficiente ya que en pequeñas áreas pueden almacenarse hasta 1.000 semillas con un gran potencial para convertirse en plantas; la implementación de los bancos de semillas son un gran logro para Colombia, al permitir la conservación de la biodiversidad del país con potencial agro alimentario, medicinal y ecológico.
No solo tiene como finalidad conservar y proteger las especies vegetales, sino ser una fuente de semillas para el futuro, que puedan ser usadas en proyectos de recuperación de ecosistemas degradados, propagación de especies útiles o investigación”.
La diversidad genética en las semillas y el germoplasma agrícola proporciona a los agricultores una amplia gama de características deseables, como resistencia a plagas y enfermedades, tolerancia a la sequía, adaptabilidad a diferentes climas y suelos, y calidad nutricional. Sin embargo, esta diversidad está en peligro debido a factores como la pérdida de hábitat, el cambio climático, la erosión genética y la consolidación del mercado de semillas.
El cambio climático está alterando los patrones climáticos en todo el mundo, lo que afecta la disponibilidad de agua, aumenta la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos y crea condiciones más propicias para la propagación de plagas y enfermedades de las plantas. La diversidad genética en las semillas es crucial para adaptarse a estos cambios, ya que permite a los investigadores y agricultores seleccionar variedades que sean más resistentes y resilientes a las nuevas condiciones climáticas.
Resistencia a enfermedades y plagas
Las plagas y enfermedades de las plantas representan una amenaza constante para la seguridad alimentaria, ya que pueden acabar con cultivos enteros en cuestión de días. La diversidad genética en las semillas y el germoplasma agrícola proporcionan una amplia variedad de genes de resistencia que pueden ser utilizados para desarrollar variedades de cultivos más resistentes a enfermedades y plagas, reduciendo así la aplicación de los pesticidas y otros productos químicos y por ende su impacto ambiental.
Mejora de la nutrición
La diversidad genética también desempeña un papel importante en la mejora de la calidad nutricional de los cultivos. Al seleccionar y cruzar variedades con perfiles nutricionales más altos, los investigadores en mejoramiento vegetal pueden producir alimentos que sean más ricos en vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales, lo que contribuye a una mejor nutrición y salud de la población.
En Colombia, existen varias instituciones y organizaciones que se dedican a la conservación y promoción de semillas. Algunos de los bancos de semillas más destacados en el país son:
Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia): Esta entidad pública colombiana tiene programas de investigación agrícola y conservación de recursos genéticos, incluyendo la conservación de semillas de variedades locales y mejoradas. El Banco Vegetal, conformado en el año 1994, conserva más de treinta y cuatro mil accesiones de especies de interés agrícola, conservadas en tres sistemas de conservación, así:
Semilla: aproximadamente treinta mil accesiones de semillas ortodoxas e intermedias, en dos Centros de Investigación de Agrosavia: La Selva y Tibaitatá.
In vitro: aproximadamente 1.200 accesiones de especies con multiplicación clonal en el Centro de Investigación Tibaitatá.
Campo: aproximadamente cuatro mil accesiones en nueve Centros de Investigación de Agrosavia: Caribia, Turipaná, La Selva, Palmira, El Mira, Nataima, Tibaitatá, La Libertad y La Suiza.
Banco de Germoplasma del Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat): El Ciat es un centro de investigación agrícola internacional con sede en Colombia. Contribuye a la conservación y mejoramiento de semillas de cultivos importantes para la región tropical, como arroz, frijol, yuca y pastos tropicales.
El Jardín Botánico de Bogotá lanzó a finales del año 2022 su banco de semillas agroecológicas, con el fin de preservar distintas especies de uso alimenticio con alto valor nutricional, contribuir al intercambio de saberes y aportar a la seguridad alimentaria.
Organizaciones y redes de agricultores: Además de las instituciones mencionadas, existen organizaciones de agricultores y redes comunitarias que también pueden servir como bancos de semillas locales, conservando variedades tradicionales y promoviendo el intercambio de semillas entre agricultores.
Conclusiones
En resumen, la diversidad de germoplasma y semillas es esencial para garantizar la seguridad alimentaria del país. Preservar esta diversidad genética nos permite adaptarnos a los desafíos cambiantes que enfrenta la agricultura y mejorar la calidad y cantidad de alimentos que producimos.
Es crucial tomar medidas para proteger y promover la diversidad agrícola, así como los diferentes tipos de semillas acordes a cada tipo de modelo de desarrollo tecnológico, tanto a nivel local como regional, para asegurar un suministro alimentario sostenible para Colombia que además genere excedentes para el mercado internacional.