¿Alguna vez se ha preguntado cuál es el proceso necesario para que un alimento, cultivado en algún departamento del país, llegue hasta la mesa de su hogar? Usualmente, consideramos que esto es un proceso automático y que no requiere de esfuerzos, sin embargo, hay todo un trabajo mancomunado de los campesinos, los productos químicos de uso agrícola (Pqua) e insectos como las abejas, que son quienes permiten que los alimentos puedan ser servidos en cada hogar colombiano, y que además, cuenten con la calidad nutritiva que se requiere para la seguridad alimentaria del país.
Para poder disfrutar de un tomate, manzana, arándano o fresa, la apicultura y agricultura han pasado por unos puntos de unión para garantizar una producción de alimentos con la inocuidad necesaria, pero además, bajo el desarrollo de buenas prácticas con el medio ambiente para la rentabilidad y calidad de cada cultivo. El punto de convergencia más importante, es reconocer la importancia de la coexistencia de estás dos prácticas, pues la polinización y trabajo de las abejas es fundamental para el desarrollo de las cosechas, sobre todo las frutales.
Las buenas prácticas de las que ya se ha hablado en la agricultura, se deben extender al fomento de una buena convivencia entre las labores diarias de los cultivos y la salud de las abejas. Esto se logra bajo la iniciativa de apicultores y agricultores comunicando la localización de las colmenas, la reducción de riesgos fitosanitarios comunicando los hábitos de forrajeo e informando prácticas seguras de pulverización para no afectar a las abejas. A través de estas iniciativas, se logra mitigar un problema de fondo con la reducción del número de muerte de los insectos polinizadores.
Entre los agentes polinizadores uno de los más importantes son las abejas, y sobre las cuales existe mayor preocupación por las múltiples causas de su muerte, dentro de las cuales está el cambio climático, la contaminación, presencia de especies invasoras, parásitos y el uso de productos químicos (Pqua). Sobre esta última causa, es sobre la que hay más especulaciones pero sobre todo mayor oportunidad de mejorar la coexistencia entre la agricultura y la apicultura.
Mucho se ha dicho sobre los Pqua y la inconveniencia de su uso, pero se ha demostrado desde la experiencia de científicos y empresas del sector, que siempre que se apliquen las buenas prácticas agrícolas, Medidas de convivencia armónica entre apicultura y agricultura para el beneficio económico y ambiental de la sociedad.
De la cámara de procultivos de la Andi. los impactos disminuyen significativamente. Las preocupaciones que se han generado sobre los Pqua, son principalmente por un desconocimiento en el sector y en la coexistencia de las labores para la producción de alimentos entre todos los actores que hacen parte de esta cadena. Desde distintos frentes, se ha logrado aportar conocimiento soportado de manera científica, con datos y argumentos verificados, para que a través de la transferencia de conocimiento, la agricultura en el país se fortalezca en conjunto.