¡Lo que no se mide, no existe! Me repetía uno de los jefes que he tenido a lo largo de mi vida profesional. Y cuánta razón tenía. Medir la satisfacción de un cliente o usuario en cualquier producto o servicio, no solo es clave para entender lo que debemos mejorar, sino, para dar ese salto de calidad que deseamos en la búsqueda de construir la mejor experiencia alrededor de un producto o servicio.
En Colombia, las exposiciones equinas son sin duda el motor de desarrollo del Caballo Criollo Colombiano de paso como lo explicamos en una columna anterior, no obstante, además de ser eventos donde se evalúa objetivamente la calidad y evolución genética de los ejemplares que integran nuestra raza y que activan significativamente el dinamismo económico de nuestro sector, deben ser entendidas como espacios donde criadores, expositores, montadores, palafreneros, profesionales del sector, patrocinadores y público en general, asisten con la expectativa de vivir una experiencia memorable, donde confluyen las ilusiones y horas de entrenamiento, pero sobre todo, donde se anhela disfrutar con altura todas las emociones que despierta el caballo; por eso, medir la satisfacción de quienes participan o asisten a estos eventos se convierte en una tarea estratégica y necesaria.
La evaluación de la satisfacción no debe entenderse únicamente como una encuesta al final del evento. Es, ante todo, una herramienta que permite identificar aciertos, detectar oportunidades de mejora y garantizar que los estándares de calidad que deseamos desde FEDEQUINAS se cumplan y evolucionen.
Es por tal razón, que hemos implementado desde Fedequinas, una herramienta de medición de satisfacción de los asistentes en todas nuestras exposiciones equinas, a través de la cual podamos escuchar al público y a los diferentes actores del sector con el fin de conocer lo que valoran los asistentes y transformarlo en una ventaja competitiva que nos permita fortalecer la credibilidad y consolidar la confianza en la organización de cada evento.
A partir de hoy, factores como la comodidad de las instalaciones, la oferta gastronómica, el bienestar de los caballos en las pesebreras, entre otros, podrán ser medidos por cada uno de los asistentes, donde podremos conocer de primera mano la experiencia de quienes deseamos quieran volver a participar o asistir a una exposición equina.
Reconocer la voz de los asistentes y participantes significa valorar el esfuerzo de quienes confían en este sector, desde el aficionado que compra su boleta hasta el criador que prepara durante meses a su ejemplar. Significa también honrar la tradición de un caballo que representa la identidad de un país y que, en cada evento, proyecta su grandeza al mundo.
En conclusión, medir la satisfacción no es un requisito administrativo ni un formalismo. Es una oportunidad para crecer como gremio, para mantener viva la pasión que mueve nuestro sector y para garantizar que cada exposición equina, bajo el marco de Fedequinas, siga siendo un espacio de proyección para el Caballo Criollo Colombiano de Paso.