Fertilizantes, claves para alimentar el mundo
De acuerdo con el estudio de las perspectivas agrícolas de la Ocde-FAO para el periodo 2016 -2025 se prevé que el aumento en la demanda de alimentos a nivel mundial se satisfaga mediante incrementos de la productividad, con algunos cambios moderados en las áreas de cultivo y las explotaciones ganaderas. El mismo estudio menciona que las mejoras en los rendimientos representaran 80% de la producción de los cultivos y que existe la posibilidad de aumentar la frontera agrícola con nuevos cultivos en América Latina y África Subsahariana.
Para el año 2025 se estima que la producción mundial agrícola deba aumentar entre 15 a 20% de la actual. Para poder alcanzar este objetivo es necesario aumentar la producción de alimentos ya sea incrementando los rendimientos por unidad de superficie o la incorporación de nuevas áreas agrícolas. Colombia es uno de los cinco países a nivel mundial que de acuerdo con la FAO tiene el potencial de incrementar sus áreas de cultivos y convertirse una despensa. Así mismo tiene la posibilidad de aumentar los rendimientos por unidad de área en muchos de sus cultivos.
Una de las maneras de incrementar los rendimientos y mejorar la calidad de las cosechas es la nutrición suficiente y balanceada a los cultivos con el uso eficiente de los fertilizantes. Refiriéndose esto último a la aplicación de los nutrientes esenciales para las plantas en las cantidades adecuadas, en las épocas correctas, de las formas correctas y con los fertilizantes adecuados. Buscando con esto siempre la productividad, rentabilidad y sostenibilidad en los diferentes sistemas de producción.
Los nutrientes que portan los fertilizantes son de origen natural y son extraídos del aire y los minerales del suelo. La mayor cantidad de nutrientes que requiere las plantas también los requieren los animales y los seres humanos.
De acuerdo con el Igac (2014), con el paso del tiempo las condiciones cálidas y húmedas que han predominado en el ambiente natural en los suelos de Colombia han producido un lavado de nutrientes y condiciones muy ácidas en 85% de los suelos del país, como resultado de esta situación se considera que los suelos presentan una fertilidad natural baja. Por tal razón se hace necesario el uso de enmiendas y la aplicación de fertilizantes portadores de nutrientes para que los cultivos sean productivos.
El consumo promedio de fertilizantes por hectárea en Colombia es de 332 Kg (FAO, 2015) valor muy por debajo a las necesidades nutricionales de la mayoría de los cultivos sembrados lo que incide entre otros factores en sus bajas productividades.
Son múltiples los beneficios del uso adecuado de los fertilizantes: Suplen las deficiencias nutricionales de los cultivos, restituyen los nutrientes extraídos por las cosechas, mantienen y mejoran la fertilidad del suelo, mejoran la resistencia de los cultivos a enfermedades y plagas, mejoran la calidad de las cosechas, incrementan los rendimientos y aumentan la rentabilidad del negocio agrícola. Así mismo los fertilizantes incrementan la biomasa de las plantas capturando más CO2 fijándolo posteriormente en la materia orgánica del suelo y ayudando a disminuir los niveles de gases de efecto invernadero. Los fertilizantes son responsables de aproximadamente la mitad de la producción agrícola a nivel mundial.
Los fertilizantes son insumos de primera línea para aumentar los rendimientos y la rentabilidad de los cultivos debido a que son los que tienen un mayor retorno a la inversión. Una planta bien nutrida conlleva a mejores rendimientos y calidad de las cosechas, obviamente involucrando que los demás factores de producción del cultivo se lleven a cabo de una forma eficiente e incluyendo un manejo integral de los suelos con sus propiedades físicas, químicas y biológicas que son específicas para cada sitio y que deben ser interpretadas con el uso de herramientas de diagnóstico como los análisis de suelos. Monómeros trabaja fuertemente en estos aspectos para ayudar a incrementar la productividad agrícola de nuestro país