Risaralda a 2018 tenía sembradas solo 68.000 hectáreas: 49.000 Café (incluidos 16.000 en plátano asociado), 3.700 Aguacate (66% Hass), 3.000 caña de azúcar, 3.000 caña panelera, 2.300 plátano solo, 1.800 cacao que totalizan 92,5% de toda la superficie trabajada. El otro 7,5% son pequeños cultivos de frutas y hortalizas. Total cosechado 320.000 toneladas. En 2014 cultivaba 91.000 hectáreas que producían 500.000 toneladas, 33,8% más de área y 55% más de producto. El área sembrada desciende constantemente, 2015: 75.000 h; 2016: 72.000 h; 2017: 68.000 h.
Rendimientos: Café 1,4 t/ha, similar a la media nacional y Brasil; Aguacate 11 t/ha (Brasil 16,5 t/ha, Huila 15,2, 50% y 38% más); caña de azúcar 14,4 t/ha; plátano solo tecnificado 17,1 t/ha (El mejor rendimiento nacional).
Caña panelera 6,6 t/ha (Antioquia 10,4 y Quindío 10 t/ha, 54% más que Risaralda). Se han hecho intentos de frenar el ingreso de panela procedente de otros departamentos que tienen mayor rendimiento y también se ha anunciado el propósito de exportar para procurar un precio razonable, pero la estrategia sostenible es la de proporcionar conocimiento a los cultivadores para que, con innovación mejoren sus rendimientos y su calidad, lo cual los haría competitivos tanto en el mercado doméstico como internacional.
La vieja y equivocada estrategia de promover un monocultivo está pasando factura. La gran mayoría de fincas que cultivan café, inducidas o toleradas se concentraron 100% en esta especie, agregándole solo el plátano asociado. El café que utiliza 72,4% de la superficie cultivada del departamento, está en una crisis de precios que solo hubiese sido posible sobrellevar con diversificación que debió preverse desde las altas esferas del gremio cafetero. Nunca fue bueno depender de un solo producto. Los abuelos, con mucha razón pregonaban: “No hay que poner todos los huevos en una sola canasta”, sabiduría pura.
Agregando conocimiento e innovación puede incrementarse la productividad por hectárea al doble o al triple y además el departamento cuenta con unas 40 mil hectáreas más que pueden ser utilizadas con fines agropecuarios.
Especies muy importantes disponen de muy poca superficie: tomate, fríjol, maíz, mora, fresa, guayaba… Como consecuencia de ello, Risaralda y sus municipios se ven precisados a abastecerse de otros departamentos en alimentos que pudiera producir aquí perfectamente.
Otras especies con alto potencial exportador como ají, choclito, pepinillo, alcachofa, etc. no se cultivan en Risaralda desperdiciando la oportunidad de impulsar unas prósperas agroindustrias.
No es agricultura lo que predomina, 79.000 hectáreas (53,7% de la superficie agropecuaria) son ganadería extensiva para pastoreo de 108.000 cabezas, 7% leche, 32% carne y 61% doble propósito en 3.800 granjas productoras, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Rural.
Si se evolucionara hacia el sistema silvopastoril, esa misma cantidad de reses, con mayor bienestar animal y más productivas, se alimentarían perfectamente en unas 25.000 hectáreas, menos de la tercera parte de la superficie.
Bueno, ahora Risaralda tiene la oportunidad de corregir cambiando esos esquemas, lo cual implica cero retórica y mucha acción.
Podríamos analizarlo detalladamente, por municipio y por especie, en talleres, encuentros, conversatorios que organicen gestores claves del desarrollo económico, social y rural del departamento: Cámara de Comercio, Cooperativas y Comités de Cafeteros, gremios y asociaciones de productores y de comercializadores.