"Los cambios en el campo, son indispensables pero ¿por dónde empezar?"
El agricultor sabe que tiene que cambiar, y lo sabe desde hace mucho tiempo. Lo que no sabe es, qué hacer y por dónde empezar. En ese escenario surgen todas las respuestas pero cada una por separado y totalmente desarticulada.
Un proveedor de semillas le dirá que cambie la semilla; uno de insumos, que cambie el fertilizante; uno de pesticidas que modifique la marca y así sucesivamente, ¿pero quién tiene la razón?: todos y ninguno. Cambia semilla y fracasa, cambia fertilizante y fracasa… ¿por qué?.
Porque la agricultura no es una excepción de la generalidad empresarial y por lo tanto funciona también a partir del análisis integrado de todos sus aspectos en conjunto. La falta de integración lo hace disfuncional, no funciona como corresponde.
¿Qué debe hacer ese proceso integrador? a) Especificar metas y objetivos. b) Elegir programas, procedimientos y prácticas para alcanzarlos. c) Determinar recursos (humanos, técnicos, de capital) y definir como se habrán de adquirir o generar y como habrán de incorporarse a las actividades. d) Diseñar los procedimientos y la forma de organizarlos para que el plan pueda ejecutarse. e) Estructurar un mecanismo para detectar los errores o las fallas, así como para prevenirlos o corregirlos sobre una base de continuidad.
Estas son las partes esenciales que deben componer un plan integral. Planificar significa que se estudian anticipadamente los objetivos y acciones, y se sustentan sus actos no en corazonadas sino con método, plan y programas que tengan sentido lógico. Los planes establecen objetivos y definen los procedimientos adecuados para alcanzarlos.
La Planificación, dice Murdick, “Consiste en decidir con anticipación lo que hay que hacer, quién tiene que hacerlo, y cómo deberá hacerse”. Emerge como puente entre el punto en que nos encontramos y aquel a donde queremos llegar.
Para obtener cosechas competitivas no basta con cambiar semilla, insumo u otro componente. Un aspecto central es la integración de todos los factores mediante una caracterización o diagnóstico para disponer de la información primaria y sustancial.
Sin la información base para determinar en qué suelo, con qué agua, en qué clima, con cuáles vientos y precipitaciones es que vamos a llevar a cabo el trabajo agrícola, sembrar es simplemente una aventura de enorme riesgo y no pueden esperarse resultados exitosos. Esta es una de las principales causas de los males que afectan al campo colombiano: La improvisación.
La planificación en el agro se hace teniendo en cuenta las zonas agroecológicas, los aspectos concernientes al uso y características del suelo y del agua, el análisis de la oferta ambiental, el estudio, selección y certificación de semillas, los programas de riego o fertirrigación y el manejo integrado de plagas y enfermedades.
Hoy en día, la planificación se ha favorecido por el desarrollo de la informática que optimiza la capacidad para generar, almacenar, procesar y transportar información. Sin embargo, la tecnología por sí sola no es suficiente, los que forman parte de la empresa agropecuaria y principalmente los dueños y directores, deben saber utilizarla.