¿Qué más hay para poder exportar en Colombia?
Y al unísono se contesta con ‘limón Tahití’. La fruta, que hoy, al ser empujada por caídas en la oferta por parte del mega productor para 2021, que es México, es la tercera en exportarse en Colombia, entrando, cada vez más, como un mercado con un crecimiento sostenido y, lo más importante, uno rentable.
El limón Tahití se conoce como uno de los cultivos más rentables del campo colombiano, siendo además una herramienta “rápida” para la generación de ingresos. Con la lima ácida, como puede escucharse en otros lados, a los dos años y medio de siembra ya se puede empezar a recoger fruta, y esta siembra puede durar hasta tres cosechas que pueden alargarse por nueve meses. Es una ganga para los ingresos sostenidos.
Empresas, como de la que les hablo en unas páginas más adelante, Cetrino, se encargan de montar proyectos productivos para la cosecha de limón Tahití, y, además, lo proponen como una apuesta para exportar, en donde plantean que para 2026 se movilizarán 500 contenedores de fruta. Pero, detrás de los mega cultivos que están empezando con siembras de hasta 25.000 árboles por año, hay capital de trabajo humano que ve al limón como “alternativa”.
Una de las fincas en donde Cetrino promovió uno de sus proyectos productivos, el dueño aseguró que el predio anteriormente se utilizaba para la ganadería extensiva, y que decidió apostarle a la lima ácida para obtener mayores recursos. Además, como suele pasar, el inversionista que busca mayores ingresos, regularmente, pide una canasta más diversificada. Al productor, normalmente, el inversionista le pregunta, ¿qué más tiene pa’ vender?. Aquí, en el caso, entra el momento del limón Tahití.
Más allá de una canasta diversificada, el limón se presenta como un cultivo que abre paso, además, a las mujeres. María Isabel Camargo, trabajadora de una de las fincas de Cetrino, nos cuenta que, además de tener más de 20 años de experiencia en la agricultura, el limón Tahití se ha convertido en un cultivo de “fácil manejo”, que permite una cobertura más equitativa con el trabajo de las mujeres.
En Cetrino, por ejemplo, hablan de que el trabajo femenino llegue a 35%. Además, nos contaba que la fruta también hace parte de su diario, y revelaba que su “tip” para la poda es cortar “al ras” las hojas para permitir un crecimiento mucho más sano y progresivo, con tipos de calidad diferente en las hojas. El limón Tahití, entonces, se abre como un cultivo rentable e inclusivo y está creciendo.