Pasamos de buenos números en café a otros en carne

Durante los últimos meses, los cafeteros han tenido números muy positivos en producción, pues todo parece indicar que superarán los 14,2 millones de sacos este año; y ni hablar de la rentabilidad, que está llegando a las fincas gracias a un precio interno del grano por encima de $1 millón por saco.

Otro sector que venía de tener dificultades por la pandemia y ahora empieza a reportar mejoras es el de la carne de res. Durante los primeros meses de crisis, el precio del ganado en pie fue en promedio de $4.200 por kilo, incluso hubo semanas en las que estuvo cerca de caer del margen de $4.000.

Lo anterior fue fruto de la emergencia del covid-19, pues por menores ingresos de las personas, pasaron de consumir esta proteína a comprar otras de menor valor, lo que se reflejó en el precio de referencia para ganaderos de distintas zonas.

Pero la baja demanda interna se empezó a ver compensada con las exportaciones de carne, al punto que entre agosto y septiembre el kilo llegó a $5.000, una cifra que no se veía desde mediados de 2018.

Este ha sido un sector cuya producción se dedica especialmente al consumo nacional, pero desde febrero, cuando Colombia recibió el sello de país libre de aftosa, la dinámica empezó a moverse levemente hacia las ventas externas.

Al cierre de julio, las exportaciones de carne colombiana cerraron en casi US$59 millones; para el mismo periodo de 2019 la cifra había sido de US$30 millones (producto de los pocos países que confiaban en el mercado local pese a no tener el estatus sanitario). Esto significa que un año después, el mercado internacional empezó a mostrar señales de ascenso con un alza de más de 90%.

Con estas cifras hay que reconocer el trabajo que se ha hecho en diplomacia sanitaria para industrias como la de carne, pues ha dado frutos y está moviendo la aguja hacia el lado positivo.