Hay que cuidar la riqueza del campo colombiano
Casa de campo
María Alejandra Solano Vargas

Hay que cuidar la riqueza del campo colombiano

08 de noviembre de 2016
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En todos los rincones de Colombia, por la variedad de climas, podemos encontrar diversidad de cultivos. La Costa Atlántica gran productora de yuca; la región Andina en donde se cultiva café y papa; y el Amazonas con varias especies en flora, de las que se sacan productos para los medicamentos.

La riqueza no está solo en la variedad de plantas sino en la de especies animales como: vacas, ovejas, cabras, pescados, aves de corral y búfalos.

Colombia, que es netamente agrícola y que es un gran proveedor de alimentos, no solo para sus habitantes sino para el exterior, no cuenta con leyes que protejan verdaderamente la riqueza del campo.

Nos han llamado la despensa del mundo, pues en unos años cuando la población aumente podemos proporcionar los alimentos necesarios. Sin embargo, a la agricultura le hace falta créditos a bajo costo, crear cooperativas dedicadas al campo y así evitar que los campesinos caigan en manos de revendedores que les compran sus productos a muy bajos precios.

Hacen falta centros de acopio para que en épocas en las cuales no haya cosecha, los agricultores no tengan que regalar su producción.

En el campo, hay otro factor determinante: la tierra se está quedando sin obreros. A los jóvenes se los están llevando al cuartel y las fincas están quedando en manos de personas de edad, que ya no tienen fortaleza para trabajar. Pocos programas invitan a los agricultores jóvenes a regresar a sus veredas, como el plan de la Universidad de la Salle, Utopía.

Los altos costos de los insumos agrícolas están afectando enormemente al campesino, que con la subida del dólar tienen que pagar los importados a costos que no tenían presupuestados.

Los cambios climáticos, las lluvias, las sequías perjudican los cultivos. El llamado es a voltear la mirada al campo.

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