El relevo generacional y bancarización en el campo

Una de las problemáticas que debe estar en la agenda del Ministerio de Agricultura para garantizar la seguridad alimentaria y el aumento de la productividad de las tierras es el cambio generacional en el campo.

Según cifras del Dane, en el trimestre de abril a junio de 2022, el total de la población campesina fue de 14.372 personas mayores de 15 años, de las cuales poco más de 3% son jóvenes entre 15 y 29 años, mientras que 39% están entre 50 a 64 años.

Esta situación se ejemplifica porque algunos gremios, como Fedecafe, anunciaron la semana pasada que no hay personas disponibles para la recolección del café. Las cifras del Dane también muestran que una gran parte de la población joven campesina (más de 12%) migra a zonas urbanas por motivos laborales o académicos.

Del total de la población rural apta para trabajar, 54,9% lo hacen por cuenta propia, 24,1% trabajar como empleados de empresa particular u obrero y 2% trabajar con el gobierno.

A esta problemática también debe sumársele la falta de bancarización y la ausencia de formalidad en el trabajo. Según el último Reporte de Inclusión Financiera (RIF) de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC), mientras que en zonas urbanas 95% los adultos contaban con al menos un producto financiero con corte a 2021, el dato para zonas rurales y rurales dispersas fue inferior de 70%.

Esto implica que de cada 10 adultos que viven en zonas rurales, tres no tienen productos financieros. Según entidades como Asobancaria el ingreso al sistema para la población rural tiene un retraso de más de una década.

Estos factores son clave para lograr la seguridad alimentaria; si no se hace un relevo generacional con condiciones dignas para el campesinado, la diáspora hacia la urbanidad hará que sigamos siendo poco autosuficientes en la mayoría de los cultivos agrícolas y que aumenten precios.