La llegada del fenómeno de El Niño, ocasionado por los cambios de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, tiene serios efectos sobre el sector agropecuario.
Este fenómeno se caracteriza principalmente por una disminución en el nivel de precipitaciones por debajo de los niveles normales, que no tiene consecuencias homogéneas en toda Colombia debido a que los comportamientos de las lluvias son diferenciados en cada región.
Después de un triple episodio de La Niña, este fenómeno de El Niño llega a instalarse en un periodo de transición, por lo que con su reciente llegada no habrá a partir de mañana tiempo seco o una grave sequía para todo el país.
Durante este periodo hay algunas regiones que empiezan su temporadas de más lluvias como en El Caribe, que se extiende hasta diciembre, pero, con la presencia de El Niño, habrán menos precipitaciones de las esperadas.
No significa que seque totalmente los afluentes hídricos. Sin embargo, si esto continúa para el trimestre de enero, febrero y marzo, entraría en la temporada de menos lluvias, por lo que los efectos serían más marcados.
Cada zona del país tiene unas temporadas totalmente diferentes. En la Región Andina se está acabando la temporada de más lluvias, entre junio y mediados de julio, pero en agosto, Bogotá empieza su temporada de más vientos, y empiezan a haber alertas por incendios forestales. En esta área, el tiempo seco se extiende hasta septiembre, mientras que en el último trimestre del año se presentan las heladas en el altiplano cundiboyacense y granizadas en la capital.
La Amazonía y la Orinoquía son de régimen monomodal, por lo que desde julio empiezan con temporada de tiempo seco y puede haber mayor crudeza en esa región, con una disminución importante en sus afluentes. Las autoridades deben estar alertas en estas zonas.