El debate entre el café robusta y el arábiga

Hay un debate en la caficultura que desde hace años confronta a los productores que quieren mantener exclusivamente una producción de café arábiga, y aquellos exportadores que ven una alternativa de mercado con la variedad robusta.

¿A qué apuntan los exportadores de café con una variedad como la robusta? Junto con Agrosavia están desarrollando pilotos para la siembra de robusta en zonas que tradicionalmente no son cafeteras, como en la altillanura y el Chocó, para empezar la sustitución de las importaciones y generar un nuevo modelo de negocio.

Las cifras serían importantes ya que, en caso de darse, en un periodo de tres a cuatro años habrían sembradas 80.000 toneladas que darían una producción de 3,2 millones de sacos de 60 kg.

Los exportadores insisten en que es el camino de sustitución de importaciones, pues parece inaudito que en el país cafetero tengamos que traer de otros mercados el café que bebemos.

Esto se debe a que los tostadores están comprando café robusta en mayor proporción, una oportunidad para ganar terreno en el mercado y ampliar la frontera agrícola caficultora, junto con la sustitución de importaciones.

Esta estrategia no solo permite blindar el mercado local, sino que da a los productores y consumidores una alternativa que genera mayor competitividad contra los robusta de Brasil y Vietnam, entre otros países.

Desde la Federación Nacional de Cafeteros están dispuestos a aceptar este tipo de alternativas siempre y cuando prevalezca el sustento científico sobre el comercial, para demostrar que no se afectará a la caficultura nacional y que realmente existe investigación que soporte los resultados con esta variedad.

Entretanto, los exportadores de café y la Fedecafe deben trabajar para proteger al primer eslabón de la cadena, el caficultor, y así fortalecer la industria.