Cada cuatro años, como dice la canción, “aparecen en elecciones a unos que llaman caudillos. Y andan prometiendo escuelas y puentes donde no hay ríos”. 2022 no es la excepción. Por eso, desde este espacio quiero recordarles a los más de ocho candidatos al Solio de Bolívar, que sin campo no hay nación. Sin campo, no hay Colombia.
La pregunta es clave: ¿Qué les ofrecen a esos casi 12 millones de compatriotas que viven, trabajan y padecen ser campesino? Es importante abordar el tema porque es una realidad transversal, porque dependiendo cómo les vaya impulsan o atrasan el desarrollo nacional.
Ya que se acercan las elecciones, es importante que los ciudadanos miremos qué dicen ellos del campo y su fortalecimiento: pues deben identificar sus problemas, potencialidades, expectativas y soluciones. En su dimensión completa, el peso del campo en nuestra economía es fundamental e innegable pues tanto el gran empresario como el pequeño agricultor deben ser tenidos en cuenta porque sobre ellos reposa el crecimiento del país.
La tecnificación del proceso productivo, la diversificación de productos, el mejoramiento de las vías, la capacitación permanente, la incursión en nuevos mercados, el impulso a los emprendimientos, el apoyo con educación, asesoría, semillas y créditos serán temas claves para que esas familias que cosechan sus tierras y que proporcionan la despensa de las ciudades, sientan que vale la pena ser campesino en Colombia.
A veces parece que algunos solo voltean la mirada al campo cuando de sus votos dependen o cuando una foto inclusiva y hermosa quieren lograr. El campo y su gente son la mejor representación que una tierra como la nuestra puede tener.
Así que, señor candidato, ¿Cuál es su propuesta para el campo?