El salto tecnológico de la ganadería colombiana
Hace un cuarto de siglo, nuestra ganadería y el país eran distintos. Fui testigo de esos tiempos difíciles en los que los ganaderos enfrentaban un camino tortuoso hacia sus fincas, ya fuera por la falta de infraestructura o la sombra de la inseguridad. El seguimiento al desarrollo de los animales y las pasturas se hacía a distancia y era un desafío constante.
En aquella época, la ganadería se encontraba en una etapa menos avanzada, con un seguimiento insuficiente de la salud y el rendimiento de los animales. Las tecnologías reproductivas y el control de enfermedades estaban en una fase menos sofisticada que en la actualidad. Además, el manejo de las pasturas y la nutrición del ganado eran menos eficaces en comparación con las prácticas y productos que se emplean hoy en día.
La tecnología y la innovación han desencadenado una transformación integral en la ganadería colombiana. La introducción al mercado de productos altamente efectivos y con una carga química reducida para el control de malezas, junto con la creación de centros tecnológicos en las principales zonas ganaderas del país, tuvo como objetivo primordial brindar asistencia técnica de alta calidad y profesionalismo, centrándose en el manejo óptimo de las pasturas. Esto se tradujo en un notorio aumento de la productividad y, como consecuencia, en una significativa mejora de la rentabilidad para los ganaderos.
Recuerdo que hace 25 años se crearon los centros tecnológicos, siendo pioneros en la asistencia técnica para el control de malezas, implementando cámaras de filmación que resultaron valiosas durante épocas difíciles para poder presentar a los ganaderos los avances en el manejo de los potreros. La determinación de compañías agrícolas como la nuestra era y sigue siendo respaldar a los ganaderos en su búsqueda del salto tecnológico que Colombia necesita.
En todos estos años ha sido evidente la lucha de los ganaderos contra las inclemencias del clima, y como respuesta, apareció el préstamo de equipos de fumigación al que se llamó Fumipraderas, el cual permitió descubrir que, debido a la estacionalidad de las lluvias, los ganaderos solo podían fumigar una fracción mínima de sus fincas, aproximadamente 30%.
De esta manera y con la experiencia acumulada, y gracias a la creación de centros tecnológicos que pasaron a ser centros de ganaderías productivas hasta evolucionar a lo que hoy se conoce como ‘Super Ganadería’, el manejo de los potreros ha podido avanzar hacia un nuevo estándar de producción y sostenibilidad.
Es nuestro propósito seguir apoyando a los ganaderos con soluciones como el préstamo de equipos, innovaciones tecnológicas para el control de las malezas y el servicio de seguimiento meteorológico en algunas regiones. Así como la incorporación de nuevas herramientas digitales, que optimizarán el manejo de las pasturas y llevará la productividad y la sostenibilidad ganadera a otro nivel.
La evolución de la ganadería ha sido evidente gracias a la innovación y la tecnología, pero también de la fuerza que impulsa el cambio y la prosperidad de esta actividad.