Se avecinan más días calurosos y más olas de calor en toda la región de Suramérica
Un hombre enciende un pequeño fuego para calentar su cafetera. Era un día caluroso y ventoso en las afueras de Córdoba, la segunda ciudad más grande de Argentina. De repente, una fuerte ráfaga de viento avivó las llamas y pronto había fuego por todas partes.
Las llamas se acercaron rápidamente a Villa Carlos Paz, una tranquila localidad turística conocida por su clima templado y sus vistas al lago San Roque y a las montañas cercanas. Los vecinos fueron filmados arrojando cubos de agua a las llamas desde sus balcones y cientos de personas fueron evacuadas. El mayor incendio forestal de la provincia en lo que va de año ardió durante días, mantenido vivo por las altas temperaturas primaverales, de unos 37ºC, y los fuertes vientos.
El siniestro es uno de los muchos ejemplos de las repercusiones de un clima más cálido en un año que está llamado a ser el más caluroso jamás registrado en el mundo. En los últimos meses, durante el invierno y el comienzo de la primavera en el hemisferio sur, Suramérica se ha visto azotada por un calor extraordinario.
El cambio climático, la llegada del primer fenómeno de El Niño en casi cuatro años y la deforestación masiva, impulsada por la agricultura intensiva, probablemente harán que la próxima temporada de verano del continente sea aún más calurosa y seca, según los científicos.
"Estamos asistiendo a episodios de calor récord en el hemisferio sur, y en algunas zonas de África y Suramérica el invierno ha sido más cálido que los anteriores", explicó Izidine Pinto, investigadora del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos. "En los próximos meses, el refuerzo de las olas de calor se va a intensificar en Suramérica: se avecinan más días calurosos y más olas de calor".
Perú vivió su invierno más caluroso desde 1965, cuando la capital, Lima, alcanzó los 27,6ºC el 5 de julio, con temperaturas medias de 19,4ºC y 19,3ºC en julio y agosto, respectivamente, según la agencia meteorológica del país. A principios de agosto, una ola de calor provocó temperaturas de unos 38ºC en algunas zonas del centro y norte de Argentina y Chile, entre 10ºC y 20ºCmás que la media en pleno invierno en esa parte del mundo. El inusual calor derritió la nieve, alterando el caudal de los ríos y la disponibilidad de agua en regiones agrícolas clave de Chile.
Una segunda ola de calor a finales de agosto y principios de septiembre afectó a una amplia zona que incluía Paraguay, el centro de Brasil y regiones de Bolivia y Argentina. El cambio climático hizo que el episodio de 10 días fuera 100 veces más probable, según un rápido estudio de atribución realizado por World Weather Attribution, una red de científicos que aplica un método revisado por pares para determinar la influencia del calentamiento global en los fenómenos extremos.
Los científicos pasaron los datos de temperatura de la ola de calor sudamericana por un modelo y simularon el mismo episodio en un mundo sin cambio climático. Comprobaron que las temperaturas habrían sido entre 1,4ºC y 4,3ºC más bajas en un mundo sin el calentamiento causado por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero.
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