MinAgricultura y FAO ponen en marcha iniciativa para mitigar los efectos de El Niño
Con el fin de gestionar los riesgos que trae El Niño para el sector agropecuario, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, de la mano de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, dieron a conocer la formulación del “Plan del Sector Agricultura de Preparación, Acción Anticipatoria y Respuesta al Fenómeno de El Niño 2023-2024”, como medida para salvaguardar los efectos que produce esta variabilidad climática en el agro del país.
Este accionar incorpora el enfoque de acciones anticipatorias, una intervención de gestión del riesgo a corto plazo que actúa antes del desarrollo de las amenazas pronosticadas, con el fin de prevenir o reducir sus impactos, incorporando un enfoque de género y la asignación de recursos para los más vulnerables.
Se prevé que esta iniciativa tendrá su accionar durante los meses de septiembre, octubre e inicios de noviembre, a través de la rehabilitación de los sistemas de riego comunitarios y el abastecimiento de agua, así como la distribución de semillas de forrajes y especies locales de consumo humano tolerantes a sequía como el fríjol Guajirito, el maíz, la berenjena y el ají criollo.
Además, sus acciones comprenderán el suministro de insumos agrícolas esenciales para la protección y producción de alimentos de consumo humano y animal, y la realización de brigadas de salud animal, acompañadas de la adjudicación de insumos veterinarios y asistencia técnica.
Según las entidades, se espera que tenga una inversión ya contemplada en el plan del sector agricultura frente al fenómeno de El Niño del MinAgricultura.
El motivo de incorporar esta acción anticipatoria se basa en reducir el costo de la respuesta humanitaria, así como su eficacia, y salvaguardar la garantía de los derechos de las personas afectadas, especialmente la exposición de las comunidades étnicas y la mujer rural productora.
Frente a este último punto, se implementará una estrategia de comunicación del riesgo agroclimático acorde a la cultura local y saberes ancestrales, con el objetivo de velar por la protección de los más vulnerables.