¿Por qué sigue lloviendo si se espera un fenómeno de El Niño fuerte al final de 2023?
Aunque durante todo el año uno de los temas más sonados ha sido El Niño, por sus impactos sociales y económicos en diferentes sectores como el energético y el agro, aún se sienten en varias regiones del país intensas lluvias. Sin embargo, el último informe semanal entregado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, muestra que hay una probabilidad de entre 75% y 85% de que dicho fenómeno sea fuerte.
¿A qué se debe entonces que siga lloviendo si existe una alta probabilidad de que El Niño sea fuerte? Todo se explica por los ciclos de lluvia que hay en el país, que no son homogéneos en todas las regiones. Se conoce, por ejemplo, que la oferta hídrica total superficial es históricamente menor durante el primer trimestre del año en buena parte de Colombia, como en la Región Caribe, Orinoquía, zonas de piedemonte y valles de los ríos Magdalena y Cauca.
Es por eso que se espera que la mayor intensidad de el fenómeno de El Niño sea al inicio de 2024, pues es un periodo que coincide con la temporada de menor oferta hídrica en el país, según el Estudio Nacional del Agua.
“Lo que concluimos desde el Ideam es que se espera un fenómeno de El Niño que se va a presentar en el marco de las mayores temperaturas globales, generando un escenario sin precedentes”, explicó Ghisliane Echeverry, directora del Ideam.
Según la entidad, se espera que la mayor intensidad se sienta entre noviembre de 2023 y enero de 2024, y que sus efectos se extiendan hasta mayo del próximo año.
“Hay algunas regiones que están en su temporada de más lluvias, por lo que el pulso de El Niño empieza a configurarse. El Caribe entra en su etapa de más lluvias que va hasta diciembre; esta temporada de más lluvias, con un fenómeno de El Niño, tiene como resultado menos precipitaciones de las esperadas”, explicó la Mayor Diana Carolina Rueda, jefa de la oficina de pronósticos del Ideam.
En otras palabras, la llegada de El Niño no implica una sequía inmediata y total, sino que afecta la cantidad final de lluvias por temporada. “Por ejemplo, si el fenómeno continúa para el primer trimestre de 2024, la Región Caribe estaría en su temporada de menos lluvias, por lo que tendría un fenómeno mucho más crudo de lo normal”, agregó Rueda.
Es clave entender que cada región tiene un comportamiento totalmente diferente. En el caso de la Región Andina, la temporada de menos lluvia, con tiempo seco, va normalmente hasta septiembre. “Si el fenómeno de El Niño se continúa intensificando, tendremos mayores alertas por incendios. En esta zona en octubre, noviembre y diciembre se activa el patrón de lluvias; en Bogotá, por ejemplo, se presentan las granizadas y en algunos municipios de los altiplanos cundiboyacenses las heladas”, explicó.
La Amazonía y Orinoquía son de régimen monomodal, por lo que a partir de junio y julio comienza la temporada de tiempo seco, y se sentiría con mayor crudeza si El Niño es fuerte. “El Río Amazonas disminuye su nivel de acuerdo a la temporada regular de menos lluvia para la región, el caudal disminuiría para nosotros y el norte de Brasil”, agregó.
Los cultivos que más disminuyen su rendimiento con un Niño fuerte
Según un informe publicado por Corficolombiana, en caso de que el fenómeno de El Niño sea fuerte, hay una serie de implicaciones en el rendimiento por hectárea en los cultivos.
Este listado lo lidera el fique, el cual sería el cultivo con mayor impacto negativo, con una baja de 12,6% en el rendimiento, seguido de la yuca (7,6%), palma de aceite (7,3%), cebada (6,8%), leche (4,9%), arroz (4,8%), papa (4,6%), maíz (4,5%), algodón (4,3%), caña panelera (4,1%), y plátano (3,8%). El crecimiento del sector agro también se vería comprometido por el fenómeno.