Estos son los efectos que tendrá en la agricultura el próximo fenómeno de El Niño
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Estos son los efectos que tendrá en la agricultura el próximo fenómeno de El Niño

Entre los cultivos que más se encuentran en riesgo por este fenómeno están lechuga, brócoli, coliflor, repollo, calabacín, ahuyama y pastos,
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Es inminente, para el segundo semestre de 2023 está previsto el arribo del fenómeno de El Niño, según los modelamientos numéricos efectuados por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), entidad que pronostica un mayor recrudecimiento de los efectos de este evento climático entre finales de año y principios de 2024, es decir entre diciembre y enero próximos.

Así lo informó Diana Carolina Rueda, directora de la oficina de pronósticos y alertas de la entidad. De acuerdo con el monitoreo de condiciones hidrometereológicas, en las semanas recientes se ha expedido un comunicado de alertas por el incremento de las precipitaciones asociadas al inicio de la temporada lluviosa, con el ingreso de sistemas de nubosidad desde el norte hacia el centro del territorio nacional, que darán paso entre julio y agosto a unas condiciones climáticas de menos lluviosidad.

La funcionaria advirtió que las regiones que más sentirán el impacto de este fenómeno natural (que se desarrolla por el aumento de las temperaturas en el Océano Pacífico) serán la Orinoquía, la Amazonía y la zona central de la Andina.

Los impactos en la actividad agropecuaria

Según el Ministerio de Agricultura, y en línea con lo informado por el Ideam, las condiciones climáticas propias de este fenómeno afectarán de forma directa al sector agropecuario, “debido a la reducción de la disponibilidad de agua para satisfacer las necesidades hídricas de los cultivos en sus diferentes estados fenológicos y a su vez favorecen las condiciones atmosféricas que son propicias para la formación de heladas, específicamente en zonas de gran altitud”.

Como consecuencia, las sequías meteorológicas provocarán baja humedad en el aire, vientos fuertes y evapotranspiración elevada, así como pérdida de rendimientos en los cultivos, daños por estrés hídrico e impactos socioeconómicos para los productores debido a la escasez de agua.

Frente a esto, los distritos de riego podrían ser una de las alternativas para afrontar los efectos del fenómeno.

Hoy el país cuenta con un inventario de 322.956 hectáreas con obras de adecuación de tierras desarrolladas con recursos públicos, que corresponden a 780 distritos de pequeña, mediana y gran escala, en 23 departamentos, que benefician a 90.788 familias. Además, Adicionalmente, existen otras 700.000 hectáreas adecuadas con riego a nivel predial en predios privados.

De los 780 distritos existentes en Colombia, 578 están operando y 202 no funcionan por diferentes causas, como infraestructura en mal estado que requiere rehabilitarse, complementarse o modernizarse, y que de darse estas mejoras en algunos de ellos podrían paliar los impactos del evento climático que se avecina.

Algunas de las recomendaciones que hizo la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) está mantener herramientas como machetes, azadones y bate fuegos, con los cuales pueden apoyar a las autoridades a combatir incendios de cobertura vegetal y evitar prácticas inadecuadas de agricultura como quemas de basura o de material vegetal para generar renovación de cultivos.

También aseguraron que es necesario considerar establecer reservas de pastos y otras formas de alimentación animal suplementaria. Además, ante los riesgos que afectan los cultivos y/o los animales, los productores deben prepararse para enfrentarlos, adquiriendo coberturas financieras, como el seguro agropecuario.

Cabe recordar que entre los cultivos que más se encuentran en riesgo por este fenómeno están lechuga, brócoli, coliflor, repollo, calabacín, ahuyama, pastos, gulupa, curuba, durazno, ciruela, pera y tomate, así como afectaciones en cierto tipo de ganadería que sufre por la falta de agua y el intenso calor.

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