Definen la lucha contra la deforestación como el principal objetivo del sector agropecuario
En el ‘Día Nacional del Suelo’ y el ‘Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía’, se llevó a cabo el foro ‘Agrología, clave para el ordenamiento integral del territorio’ organizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y que contó con la participación de expertos del Jardín Botánico, IGAC, Fondo Biocarbono del Banco Mundial y de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra).
En su intervención en el segmento catastro multipropósito, el director de la Upra, Felipe Fonseca Fino, se refirió a los insumos agrológicos útiles para determinar la clasificación del suelo, capacidad de uso y zonificación de tierras, entre otros.
“La Upra es un usuario muy alto de esta información que se utiliza para las zonificaciones de aptitud agropecuaria, de las cuales ya se cuenta con 41 a nivel nacional y cerca de 140 a nivel territorial. Allí se define el potencial de irrigación de las tierras, para determinar las Unidades Físicas Homogéneas base para el cálculo de la Unidad Agrícola Familiar UAF, y para la zonificación de precios comerciales de tierras rurales, entre otros. Aquí se apoya la respuesta a una pregunta recurrente del sector agropecuario, ¿dónde sembrar?”, indicó Fonseca.
Frente a la degradación del suelo y la pérdida de capacidad productiva de los mismos el director de la Upra sostuvo que el principal compromiso del sector agropecuario para enfrentar la lucha contra la deforestación es la definición y adopción de la metodología para identificar la frontera agrícola nacional.
“En la discusión entre el sector agropecuario y ambiental se debe tener en cuenta la seguridad jurídica de los que emprenden actividades agropecuarias y que requieren tener certeza sobre las características productivas y si hay o no exclusiones que limiten dichas actividades. La definición de la Frontera Agrícola insta a los entes territoriales a tener en cuenta dicha frontera”, dijo el funcionario.
Agregó que la Frontera Agrícola apoya la identificación de zonas aptas que orientan el uso eficiente del suelo.
“La aptitud de las tierras para fines agropecuarios permite resolver ese conflicto que enfrenta la vocación de las tierras frente a los usos a través de la identificación de zonas aptas. Hemos orientado un uso más eficiente identificando zonas con mejor potencial para consolidar clústeres y que se pueda mejorar allí la productividad agropecuaria”.