El bajo nivel del Río Amazonas afectó la navegación de barcos de exportación en Brasil
La sequía sin precedentes que afectó a la Amazonía el año pasado y las precipitaciones inferiores a lo habitual que han caído desde entonces han provocado un rápido descenso del nivel del agua de los ríos, dificultando la navegación de las barcazas que transportan cereales para la exportación y dejando aisladas a las comunidades que dependen del transporte fluvial.
El Servicio Geológico Brasileño, SGB, advirtió de que los niveles de agua han estado bajando desde junio y se espera que todos los ríos de la cuenca del Amazonas caigan por debajo de sus niveles históricos.
En Manaos, el río Negro tiene 21 metros de profundidad, por debajo de los 24 metros que tenía en la misma época de 2023, lo que empieza a preocupar a las industrias de la Zona Franca, donde las empresas han pedido que se inicien las obras de dragado del río para evitar la interrupción del transporte del año pasado.
El dragado ha comenzado en puntos críticos del río Madeira, por los que sólo pueden pasar embarcaciones de bajo calado, según el Departamento Gubernamental de Infraestructuras de Transporte, Dnit. Se están contratando obras de dragado para los grandes ríos Amazonas y Solimoes, según el Dnit.
Tras la sequía del año pasado, se impidió a las barcazas utilizar algunos puertos del río Amazonas, y las perspectivas para este año son aún peores, según la consultora Argus.
"Esto podría llevar a la reorientación de los cargamentos de cereales y fertilizantes en los próximos meses a Itaqui y otros puertos del sur y sureste de Brasil", dijo Argus en un estudio que prevé un aumento de los costos de envío para los productores.
En Porto Velho, estado de Rondonia, el río Madeira está por debajo de los dos metros desde julio, cuando su profundidad normal es de 5,3 metros, según la SGB. El río tiene dos presas hidroeléctricas, Jirau y Santo Antonio, y el transporte se ve afectado en una de las principales vías fluviales para el norte de Brasil.
En toda la región amazónica, las comunidades se enfrentan al aislamiento debido a la menor navegabilidad del río. Los habitantes no pueden desplazarse para comprar alimentos, y los cultivos se están viendo perjudicados, además de los peces que mueren cuando los arroyos se secan, perjudicando a las comunidades ribereñas que viven de la pesca.