"Nuestra empresa busca salir del modelo tradicional que han mostrado con el café"
La producción de café es un pilar para el desarrollo de la economía local. Más allá de su capacidad exportadora, el país se caracteriza por la gran variedad de sabores, olores y texturas que se pueden encontrar en su producto. Vívolo Café ha sido una de las compañías que apoya la creación de cafés especiales en la Sierra Nevada de Santa Marta. Esto lo ha hecho por medio de la ayuda que le ha dado a comunidades locales y su intención de aportar en términos de educación para su desarrollo.
Gustavo Valderrama, gerente de Vívolo Café, habló con Agronegocios sobre los retos que tienen en sostenibilidad y el plan que hay para el crecimiento de la empresa en 2025.
¿De qué manera se desempeña Vívolo en el negocio del café?
Actualmente la compañía está enfocada hacia el desarrollo del sector cafetero, esta es una apuesta de su fundador. Está dirigida a la generación de valor del café a través del concepto de especialidad. Esto es salirse del modelo tradicional productivo del café, para que las características de olor, sabor y texturas se salgan del estándar que nos han querido hacer ver.
Lo que se quiere es desarrollar una marca soportada en lo técnico pero apoyado en los caficultores. La educación es un elemento muy importante para cumplir esta meta. Lo primero es la formación y pedagogía para que el caficultor entienda que es un café de calidad. Me atrevo a decir que 90% de los productores de café en Colombia nunca han probado su café, también estoy convencido de que 80% de los cafés en el país, únicamente en proceso de lavado, son de especialidad.
¿Cómo es su trabajo con los productores?
Estamos trabajando con 15 comunidades productoras de café en la Sierra Nevada. La idea es que Vívolo se expanda a diferentes zonas con características de producción y consumo diferentes a través de tiendas. Queremos integrar otros aliados de todas las regiones de Colombia que tengan cafés diferenciados.
Una de las metas de la compañía es hacer una inversión en una escuela de educación formal. Estamos hablando de un espacio para confirmar la hipótesis de que, sin educación, el caficultor nunca se va a ver suficientemente beneficiado. Hemos trabajado directamente con ellos apoyándolos como si fuéramos un área de calidad que ellos no tienen. Los ayudamos con procesos de fermentación que ayuden a darle valor a su café.
¿De qué se trata el proyecto de la escuela que planean hacer?
El proyecto se va a realizar en el Valle del Cocora. Nosotros tenemos estimado igualar la inversión que la compañía ha hecho en el ultimo año, la cual ha sido aproximadamente de $800 millones. Para esta escuela no se puede iniciar con menos de $400 millones para dejarla en las condiciones que tenemos planeadas.
¿Vívolo también produce su propio café, a cuántas personas involucran?
También tenemos nuestro propio café, pero se integran una gran cantidad de jugadores que la gente tiende a pasar por alto porque no son visibles. Tenemos 25 empleados con un promedio de asignación salarial de $2 millones de pesos, pero también trabajamos con 12 contratistas y 75 proveedores locales.
Actualmente tenemos dos referencias de café. Una que se nutre de lavado, de forma tradicional; la otra se basa en procesos de beneficio para dar una buena oferta. Tenemos café lavado, café honey y café natural. En un mes vamos a tener una línea de producto 100% especial y certificada internacionalmente en el que vamos a recoger el mejor café de todas las zonas productoras de Colombia.
¿Cuánto café producen y cuál es la meta para 2025?
Nosotros hemos tenido una negociación con los caficultores en las que se le compra toda su cosecha, estamos hablando de comprar 5.000 kilos de café pergamino seco para ser procesados por nosotros mismos.
Para 2025 tenemos la expectativa de triplicar esas cantidades (llegar a 15.000 kilos) por la apertura de nuevas tiendas. La idea es que tengamos participación en Bogotá, el Valle del Cocora, San Andrés y Santa Marta principalmente.
¿Cómo es el manejo que le han dado a la sostenibilidad de la mano con los productores?
Tenemos una caficultura muy estable en términos de deforestación, ya que, no están explorando nuevas zonas para cultivar en la Sierra Nevada. Este es uno de los retos que tenemos con los nuevos productores y el trabajo va a estar enfocado en que haya una siembra de árboles que se va a reflejar a largo plazo.
Este es un trabajo que es completamente cultural porque el caficultor es un agradecido de la naturaleza, pero tiene la sensación de que está muy solo. Hay que trabajar en ese cambio de cultura para que entiendan que pueden generar una mejor rentabilidad. Nuestra idea es que los productores hagan parte del negocio de una forma que no piensen que el comprador es el único que se queda el dinero, en esta medida podemos hacer que se sientan más tranquilos y esto se liga con el cuidado ambiental.
¿Exportan? ¿Tienen planes para hacerlo?
Actualmente no exportamos, estamos trazando un plan para comenzar a hacer envíos a Estados Unidos a partir del primer trimestre de 2025. La idea es aprovechar el vínculo que tiene Alex Griffith, fundador de la compañía, con ese país ya que es un mercado natural para él.
¿Cuál es el margen de crecimiento que planean para 2025?
En 2024 tuvimos ingresos por $790 millones, pero la idea nuestra es llegar a triplicar ese valor para 2025 con los nuevos puntos de ventas y el inicio de las exportaciones, llegando a $2.400 millones aproximadamente.