La Escuela Regional del Café promete transformar el futuro de las familias campesinas
Agricultura

La Escuela Regional del Café promete transformar el futuro de las familias campesinas

La Escuela Regional del Café, única en el país, es una apuesta educativa, técnica y comunitaria que ya ha capacitado a más de 1.000 personas en su primer año de funcionamiento
Escuela Regional del Café
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El relevo generacional en la caficultura es una obsesión desde hace muchos años para todos los que están metidos en el mundo del grano, la mayor insignia del país en el mundo. Y en las montañas del municipio de Líbano, en el departamento del Tolima, se materializó un sueño que está marcando un antes y un después en la caficultura nacional.

Se trata de la Escuela Regional del Café, única en el país, una apuesta educativa, técnica y comunitaria que ya ha capacitado a más de 1.000 personas en su primer año de funcionamiento y que promete transformar no solo la manera en la que se cultiva café, sino también el futuro de cientos de familias campesinas.

Tuvo una inversión inicial de $4.600 millones, gracias a un convenio entre la Gobernación del Tolima y la Federación de Cafeteros-Comité Tolima, con el apoyo de la Universidad del Tolima. La oferta académica comprende capacitaciones técnicas en manejo de sistemas productivos y poscosecha del café; así como calidad, industrialización y consumo de cafés de alta calidad, con una intensidad de 600 horas (300 horas presenciales y 300 horas de trabajo autónomo).

También se ofrece capacitación complementaria, de cursos de 60 horas (48 horas presenciales y 12 horas de trabajo autónomo), en sistemas productivos de café para mayor productividad y calidad; análisis físico y sensorial del café tostión; prácticas de calidad para beneficio del café; barismo y técnicas de preparación a base de café; y técnicas y planes de negocio.

En este predio de 26 hectáreas, en la granja Isidro Parra del cálido departamento del Tolima, esta Escuela no es un aula común. Es, en palabras de los mismos estudiantes que, además no pagan un peso, un espacio donde “se aprende haciendo: sembrando, cosechando, tostando, catando y soñando con una caficultura más justa, rentable y sostenible”.

“La Escuela Regional del Café es un proyecto que venimos construyendo desde el inicio con la gobernadora del Tolima, algo que es muy importante. ¿Por qué? El objetivo más importante de nuestra caficultura y de todo el sector agropecuario es tener la posibilidad de promover la integración generacional. Más allá del recambio o del empalme, lo que queremos es la integración generacional y la única posibilidad de devolverle el arraigo a los jóvenes en la actividad agrícola es enseñándoles que hay un camino profesional dentro de la caficultura que les permita a ellos entrar en catación, en tostión, en experiencia en taza y por qué no en exportación. Ahí ellos van a volver al campo”, explica Germán Bahamón, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros.

Y cuando al gerente se le pregunta qué tan satisfechos están con esta iniciativa, cuenta que “nosotros hemos tenido esto como objeto desde el inicio. Por ejemplo, la Fundación Manuel Mejía ha propendido por esto, por transmitir conocimiento. Incluso, esta Fundación está lanzando en este momento la Real Academia del Café en donde a partir de los comités departamentales vamos a democratizar el conocimiento, así que a esto nos adelantamos. La gobernadora del Tolima ha sido una abanderada de este proyecto y ya el año pasado 1.020 jóvenes se capacitaron y queremos que eso continúe. Esto es un modelo que debemos replicar en el país”.

Son estudiantes de la mayoría de municipios del departamento del Tolima.

 

Aprendiendo de todo...

Los alumnos de la Escuela Regional del Café reafirman la buena formación y lo fundamental que ha sido esta en todo el proceso. María Yineth Morales, caficultora del municipio de Rovira, Tolima, cuenta que “yo vine a estudiar sistemas productivos, fueron unos días de inmersión completa, estudiando todo el proceso productivo del café para poder tener mejor resultados en calidad. Es una experiencia supremamente enriquecedora porque todo el tiempo está uno aprendiendo, no en un salón solamente, sino que estamos en la práctica. Aquí encuentras el cafetal, el semillero, están las semillas, está el beneficiadero”.

La Escuela Regional del Café, ubicada en el Líbano, Tolima.

 

Y en cuanto a la mejora en la productividad en su finca tras pasar por allí cuenta que “hoy puedo decir que hablo de calidad, de tasa, de puntaje, de muchas cosas, antes no. Hoy hablo de granos, de fermentación, de procesos productivos que impactan en la tasa, en la realidad de lo que tú consumes, pero antes no. Hace un tiempo producía y vendía en el comercio, a como estuviera. Hoy podemos tener un sobreprecio cuando hablamos de calidad, entonces se ve no solo en la producción, sino en las finanzas”.

Los estudiantes aprenden de todas las técnicas.

 

Morales tiene su marca, Tres Marías, que es un homenaje a su linaje femenino cafetero. En su primer año ya ha logrado reconocimientos como el premio a la ‘Calidad en Taza’ en Rovira y una destacada participación en el ‘Yara Champion’, con un puntaje de 86,11 en SCA. “Gracias a la escuela, hoy vendemos calidad, no solo volumen”, concluye con orgullo.

Jhon Édison Espitia Portela es profesor de la Escuela Regional del Café, donde enseña agronomía, poscosecha y barismo. Él destaca el enfoque práctico del modelo. “Aquí se enseña con las manos en la tierra y los sentidos en la taza, pues contamos con todas las herramientas necesarias en un solo lugar, que está ni mandado a hacer”. Este enfoque, explica, ha permitido resultados concretos en productividad, calidad y comercialización. “Lo que aprendemos lo aplicamos de inmediato en nuestras fincas. Eso hace la diferencia”.

Vista panorámica de la Escuela Regional del Café.

 

La alcaldesa del Líbano, Beatriz Valencia Gómez, habla con orgullo de que este sea el primer municipio de Colombia que cuente con un proyecto de semejante tipo. “Más que una inversión económica, es una inversión en la formación de nuestra gente y un patrimonio que perdurará durante muchos años, no solamente para el Tolima, sino que desde aquí salgan esos jóvenes y esas personas formadas para Colombia y para el mundo. Es una semilla muy importante que permite esta Escuela para las generaciones presentes que hoy se están formando, pero además para las futuras generaciones de poder consolidar un territorio como lo es el norte del Tolima y en nuestro departamento, en todo lo que tiene que ver con la cultura cafetera”.

“Queremos ser los segundos productores del país”

La gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, una de las grandes artífices de este proyecto, habló de su importancia y lo que están pensando a corto y largo plazo.

Adriana Matiz, gobernadora del Tolima

 

¿Cómo han apoyado la Escuela Regional del Café?

Nosotros somos los fundadores y creadores de la Escuela Regional del Café. Esta es una alianza que hacemos con el Comité Departamental de Cafeteros y la Universidad del Tolima. La inversión de la Gobernación es de $4.000 millones anuales, y con esos recursos traemos a mil jóvenes para que se capaciten en la Escuela. Aquí aprenden catación, tostión, barismo, pero también estrategias de comercialización y negociación del café.

Hoy los jóvenes no quieren ser caficultores, hoy los jóvenes quieren ser es empresarios del café y por eso son las apuestas que nosotros hacemos, no solo con estos proyectos y la Feria Internacional del Café (se realizó en días pasados en el municipio del Líbano), sino con todo el proceso de renovación de nueva siembra, proyectos de ciencia, tecnología e innovación que también llevamos a cabo con inversiones inmensas. Esta Feria que se realizó no es solo sobre café. Es sobre historias de resiliencia, historias de paz. El café ha sido la oportunidad para muchas personas de empezar de nuevo y contribuir a la paz de Colombia.

¿Qué resultados le pueden mostrar al país de este proyecto tan ambicioso?

Primero, este departamento es el tercer productor de café en Colombia, con 106.000 hectáreas cultivadas. Desde 2008 hemos apostado por los cafés especiales, lo que nos ha dado reconocimiento nacional e internacional. La calidad del café que cultivamos es muy buena, hemos ganado varias veces la ‘Taza de la Excelencia’, y el año pasado obtuvimos un premio con una libra de café vendida en US$69 en la Feria Internacional del Café.

Los retos son grandes, apostamos por la renovación y la nueva siembra, y queremos ser el segundo departamento de Colombia productor de café . Además, le damos mucha importancia a la calidad y al empalme generacional, que es justamente lo que promueve la Escuela Regional del Café, que reúne jóvenes de 38 de los 47 municipios productores.

¿Cree que con esta Escuela están más cerca de convertirse en el segundo productor de café del país?

Sí, trabajamos en todos los procesos de renovación y nueva siembra para aumentar las hectáreas y superar a Antioquia, que es el actual segundo productor. Además, queremos que el Tolima sea la capital cafetera de Colombia.

¿Por qué invertir en este tipo de proyectos y cómo gestionan ese presupuesto?

Hay que entender que el presupuesto está dividido en diferentes rubros. Para el Tolima, el sector agropecuario es fundamental. Solo en café hemos invertido $54.000 millones, y hay un proyecto pendiente por $21.000 millones, sumando $74.000 millones. Esto beneficia a más de 60.000 familias cafeteras en el departamento.

¿Qué más viene para la agricultura en el Tolima durante su mandato?

Cuando asumimos, especializamos las regiones según su vocación productiva. El sur, suroriente y norte son fuertes en café; el centro, en cítricos y frutas; y en el norte, en aguacate y plátano. Durante estos dos años hemos invertido $95.000 millones en temas agropecuarios. Apostamos al empalme generacional para que los jóvenes vean oportunidades en el campo, con innovación y agroindustria. Un reto muy importante es lanzar la marca propia ‘Café Tolima’ en menos de un año, junto con la Federación Nacional de Cafeteros, y abrir tiendas para comercializar el café a nivel nacional e internacional.

¿Qué tan avanzado está el proyecto de la marca ‘Café Tolima’?

Es una iniciativa que lanzaremos en días pasados. El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón Jaramillo, me propuso la idea y la acogimos con entusiasmo y mucha emoción. El café del Tolima se ha destacado por su calidad, y creemos que esta marca tiene gran potencial para posicionarse y crecer, abriendo nuevas oportunidades para nuestros productores.

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