Un modelo de asociatividad
Agricultura

Un modelo de asociatividad

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Los habitantes de Belén de Umbría (Risaralda) sienten un profundo arraigo por sus tierras. Trabajan para mantenerlas en buen estado y para que sigan en manos de la familia. Son costosas porque no se venden. Las crisis económicas y de orden público han tenido como respuesta la organización de los propietarios y la vinculación de las nuevas generaciones que traen consigo la innovación y el criterio empresarial.

De esa idiosincrasia emergió la Asociatividad como estrategia para mejorar la competitividad. Arrancaron los plataneros y luego surgieron las asociaciones de mora, lulo, café (3), aguacate, panela, porcicultura, piscicultura, fabricación de ladrillos y otras. 

Manejan su actividad con visión de cadena productiva, y han conseguido notorios avances que fortalecen la economía local. También está el programa Territorios de Aprendizaje que consiste en aprender “de campesino a campesino” promovido por el Gobierno Nacional y organismos de cooperación internacional. 

De siete municipios seleccionados solo Belén persistió. Hoy atrae un turismo especializado y misiones de otros países para conocer las experiencias. Sin olvidar las graduaciones anuales de Gerentes Rurales, con personas de varios departamentos, iniciativa única en Colombia. 

Para reafirmar el compromiso, el Acuerdo 017/ 2014 del Concejo Municipal consagró el 27 de mayo como Día de la Asociatividad. 

Según un dirigente cafetero, “en Belén la Asociatividad funciona para todo”. Lo confirman el Centro de Historia con interesantes hallazgos y el Moto-Club que promueve el respeto por las normas de tránsito. También fue fundamental para que la última movilización cafetera tuviera allí un apoyo contundente y abriera espacios para nuevos liderazgos.

Belén, entonces, está muy adelante en la generación de confianza y de capital social, en un país en donde apenas dos de cada diez habitantes confían en los demás, y en donde la mayoría no participa en forma activa de alguna organización de la sociedad civil.

 Ante la ausencia de obras significativas, en la celebración del Cincuentenario del Departamento, Risaralda debe apoyar esfuerzos como éste de alto impacto con bajas inversiones, que crean riqueza y bienestar y que elevan la autoestima local. 

 Los alcaldes, concejales y diputados deben realizar una “ruta de aprendizaje” en Belén, para entender que los municipios -además de la infraestructura- necesitan propósitos de mediano y largo plazo alrededor del desarrollo integral del territorio.

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