Nuevas tecnologías implementan inteligencia artificial para apoyar al sector del agro
Las nuevas tecnologías con inteligencia artificial (IA) llegaron para quedarse y ser un aliado estratégico de los productores del campo, porque están aportando diferentes beneficios reflejados en aspectos clave para estos como seguridad, productividad, trazabilidad y sostenibilidad. Esto se observa por la rápida incorporación de herramientas que combinan cámaras, radares, micrófonos, altavoces, sensores de temperatura y sistemas de control de accesos con algoritmos de IA, que están siendo implementados en diferentes actividades del agro.
Importante aquí destacar que las analíticas inteligentes permiten que estos equipos no se limiten a registrar lo que sucede, sino que identifiquen, clasifiquen y generen datos útiles, como sucede con el video analítico, la termometría inteligente, el radar de seguridad y el audio analítico. Manuel Zamudio, presidente de la Asociación Latinoamericana de Seguridad (Alas) International, indica: “La inteligencia artificial integra estas distintas analíticas y las convierte en patrones más precisos para la toma de decisiones, lo que aporta valor no solo en seguridad, sino también en productividad, trazabilidad y sostenibilidad”.
Un aspecto para recalcar es que, pese a que son sistemas novedosos, estas soluciones han evolucionado para ser modulares y escalables, esto les permite estar al alcance de cualquier persona que desee tecnificar su actividad productiva. Es así como un pequeño productor puede instalar un sistema básico de cámaras con analítica y audio, mientras que una agroindustria de gran escala puede desplegar un ecosistema completo con radares, sensores de temperatura y plataformas de gestión de accesos.
“El punto clave no es únicamente la inversión inicial, sino la visión de uso. Los productores que entienden que estas tecnologías no solo previenen incidentes, sino que también generan información útil para mejorar la operación, logran un retorno claro: menos pérdidas, mejor control de inventarios, reducción de riesgos laborales y mayor confianza en sus procesos de producción y distribución”, indica Zamudio.
Al observar en la práctica el servicio que prestan algunos de estos sistemas hallamos que la videovigilancia, con analítica e inteligencia artificial, ya no se limita a grabar imágenes: ahora detecta y clasifica en vivo lo que sucede.
Al integrarse con alarmas y otros sensores, ofrece una respuesta automatizada y mucho más efectiva. María del Pilar Gómez, business development manager SOLA de Johnson Controls, señala: “La implementación de estas tecnologías depende del tamaño y la capacidad financiera del productor. Grandes y medianos suelen integrar sensores y drones en cultivos de alta rentabilidad (como palma, caña de azúcar o aguacate), porque los retornos justifican la inversión. Los pequeños productores enfrentan barreras de costo y acceso a internet”.
Últimamente, la videovigilancia con analítica de IA va más allá de mirar imágenes; integra algoritmos que procesan el video en tiempo real para detectar eventos y extraer información útil.
Un ejemplo de ello, son las cámaras Illustra Pro, que incorporan analíticas que analizan el video automáticamente y alertan al usuario de actividades específicas, como intrusiones o presencia de personas en zonas prohibidas. Estas analíticas permiten detectar y notificar eventos sospechosos sin intervención humana, reduciendo el tiempo de búsqueda. Gómez indica que: “Estas funciones son clave en fincas y bodegas agrícolas donde se necesita vigilar amplias áreas y responder rápidamente a intrusos, robos de insumos o vandalismo”.
La gestión que viene realizando estos sistemas se puede observar, además, en plantaciones de gran extensión, donde se combinan radares con cámaras ópticas y térmicas para detectar intrusiones, robo de cosecha o movimientos sospechosos, y a la vez activar altavoces para disuadir en el lugar. En la ganadería, las cámaras y sensores permiten prevenir el robo de ganado o la caza furtiva, al identificar movimientos no autorizados y diferenciarlos de la actividad normal de los animales.
Mientras que, en granjas piscícolas y camaroneras, la videovigilancia con IA ayuda a supervisar accesos, controlar la entrada de personal no autorizado y monitorear el perímetro para prevenir robos que afectan de la producción. Asimismo, en plantas de alimentos y centros de acopio, los sistemas con termometría identifican sobrecalentamientos en silos o equipos eléctricos, lo que ayuda a evitar incendios y mantener la continuidad de la operación.
Aceptación
Aunque la adopción todavía no es masiva, la tendencia es creciente. Muchos productores han iniciado con proyectos piloto, especialmente en sectores donde la seguridad y la continuidad operativa son críticas. Entre los países donde se ha venido materializando este tipo de tecnologías están Ecuador, allí, algunas agroindustrias han implementado sistemas de trazabilidad con cámaras y control de accesos para cumplir con normas internacionales de exportación.