Tecnificar el cultivo de tomate de árbol da mayor resistencia a plagas y enfermedades
Pese a que Procolombia afirmó que la producción de tomate de árbol para su respectiva exportación en el primer bimestre de 2023 creció 74%, en comparación con los mismos meses del año anterior, su producción aún no está tecnificada. No se cuentan con prácticas ni semillas certificadas que permitan obtener plantas tolerantes a plagas y enfermedades, lo que ayudaría significativamente a incrementar los índices de productividad en los agricultores.
Desde la Universidad Nacional de Colombia, Paola Andrea Murillo Gómez, doctora en biotecnología vegetal, adelantó una investigación en la que descubrió una alternativa para mejorar el cultivo de tomate de árbol, tomando como base sus propias hojas.
“Evaluamos los procesos de transformación genética en el tomate de árbol común y, desde el punto de vista biotecnológico, buscamos alternativas a la problemática que hay con el tomate de árbol, un cultivo que no ha sido bien tecnificado”, resaltó Murillo.
Para llevar a cabo la investigación, se evaluaron protocolos que pudieran ser utilizados para procesos de transformación genética, que generarán resistencia a los hongos, principalmente a la antracnosis, uno de los hongos que afecta generalmente a los frutales.
Se utilizó la bacteria Agrobacterium, patógeno natural que se encuentra en el suelo y que permite infectar la planta, transfiriendo su material genético y convirtiéndose en vehículo de genes de interés que aportan resistencia a afecciones.
Para ello se utilizaron dos métodos: in vitro y agroinfiltración. Aunque los resultados obtenidos mostraron ser eficientes, la técnica de agroinfiltración demostró mayor practicidad, siendo una herramienta más fácil en su utilización que permite la inyección directa en las plantas del vivero.
Adicionalmente, se utilizó el método in planta, a través del cual, semillas fueron infectadas con la bacteria y se obtuvieron plántulas con los genes de interés evaluados.
Para la investigadora, la agroinfiltración es una metodología mucho más conveniente en el caso de tomate de árbol común, dado que el proceso de in vitro tiene el problema de la baja tasa de regeneración después de la infección con la bacteria, mientras que, con la semilla, es más resistente y se puede germinar directamente sobre el sustrato.
“Se obtuvo un protocolo de propagación masiva bajo condiciones de laboratorio, que se conoce como cultivo de tejidos in vitro, por los procesos de transformación con diferentes cepas de la bacteria”, destacó Murillo.
Una de las recomendaciones que hace la investigadora frente a los resultados obtenidos, es seguir trabajando con relación al implante de semillas que, para el caso de tomate de árbol, es el método más efectivo y así, contribuir a la tecnificación de su cultivo mejorando, máxime, la productividad del agro.