Tala de bosques se evita usando los postes plásticos
La necesidad latente en los Llanos Orientales de un organismo que liderara el manejo adecuado a los residuos agroindustriales significó para Gustavo Alférez, gerente general de la empresa Ecoriente, una idea de negocio con un componente medioambiental. Fue así como se constituyó, en 2010, esta compañía, cuyo objetivo principal es convertir dichos residuos en productos plásticos de uso en el campo.
“Esos envases vacíos altamente perjudiciales, desechados por cultivadores, se estaban quedando en fincas, caños, ríos, generando una contaminación de grandes proporciones. Esta situación dio origen a nuestro proyecto”, relata Alférez.
Por ley, cada involucrado en la utilización de estos productos debe velar para que haya una reducción correcta de los mismos. “Los envases de plaguicidas, si no van a las empresas autorizadas, pueden ser convertidos fácilmente en un pocillo, un juguete para niño o una mangueras. Después de que el plástico se muele, nadie sabe su procedencia. Lo que se convierte también es un problema de salud pública”, argumenta Alférez.
Tras la recolección, Ecoriente realiza la clasificación del material, ya que pueden llegar restos de plástico, metal, papel y cartón. Los envases de plástico son sometidos a un procedimiento de selección por color y posteriormente a triple lavado y luego, de un proceso para llevarlos a materia prima, son convertidos en productos ecológicos, como postes utilizados para cercas eléctricas y de púas.
“Transformamos un residuo peligroso en un producto ecológico, previniendo la tala de árboles, porque la madera es lo que más se utiliza para cerramientos en fincas”, señala Alférez, al tiempo que asegura que por cada 100 postes puestos en el mercado se previene la tala de 200 metros cuadrados (m2) de bosque natural.
En este sentido, la labor de Ecoriente forma parte, como explica su gerente, de un engranaje en el que están incluidos fabricantes, comercializadores, agricultores, encargados de planes de devolución, corporaciones autónomas y secretarías de Salud y Ambiente.
En esta cadena están incluidas entidades como la Fundación Bioentorno y la Corporación Campo Limpio, que están autorizadas por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) para liderar planes de devolución en el país y trabajan de la mano con Ecoriente.
Silvana Mojica, presidenta ejecutiva de Bioentorno, manifiesta que su misión en el ciclo es recuperar los residuos peligrosos a partir de alianzas con empresas productoras y o exportadoras, las cuales poseen programas de responsabilidad social (RSE) y financian la recolección de los residuos.
Así mismo, la Corporación Campo Limpio tiene más de 18 años como iniciativa de RSE de grandes empresas de agroquímicos, para evitar que estos residuos queden en las fincas, según indica Santiago Mejía, gerente de la entidad.
Marco legal sobre el manejo de residuos peligrosos
En el Decreto 4141 de 2005, desarrollado además en la Resolución 14 02 de 2006 del entonces llamado Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, se reglamenta la prevención y el manejo de los residuos peligrosos que, entre otros apartes, obliga a los generadores, fabricantes, importadores y demás entes involucrados a tomar las medidas pertinentes para que estos no afecten la salud y el entorno.