La seguridad alimentaria podría verse afectada si no se protege a las abejas
Para Jorge Tello Durán, docente de la facultad de medicina veterinaria y zootecnia de la Universidad Nacional (UN), aunque es una avance significativo el fallo que ordena crear una política de Estado que garantice la preservación de las abejas, se deben realizar acciones inmediatas para proteger esta especie.
Por ejemplo, a pesar de que en países europeos hace más de 20 años salieron de circulación compuestos altamente tóxicos para las abejas, presentes en plaguicidas, en el país estos aún se pueden conseguir en cualquier agrotienda. Es el caso del Cipronil que se utiliza para proteger semillas de maíz, haciendo que sus compuestos queden en los tejidos de las plantas, incluso en el polen, por lo cual el químico también queda en la miel y el néctar producido por los insectos.
Aunque la especie Apis Mellifera es más tolerante a estos químicos, muchas de las abejas nativas son demasiado sensibles a sus acciones, tanto así que son usadas como bioindicadores de la presencia de plaguicidas, dado que si una colmena cercana a un cultivo se extingue, quiere decir que las cantidades de químicos empleados resultan excesivos.
¿Por qué son importantes las abejas?
Estos insectos son los encargados de los procesos de polinización de la mayoría de pastos, frutas y hortalizas, por lo cual su extinción podría poner en riesgo la superviviencia de los humanos.
Aunque en el proceso también son importantes las hormigas, avispas, murciélagos, entre otros, las abejas suelen visitar mayor variedad de plantas, haciendo que su desaparición ponga en riesgo la viabilidad de múltiples especies cuyos frutos son buena parte de la base piramidal de nutrición de los humanos.
Según destaca el docente universitario "la abeja Apis mellifera es capaz de desplazarse más allá de 5 km, y por tal razón es vital para garantizar los procesos de polinización en grandes extensiones de suelo”.
Referente a los plaguicidas que afectan a las abejas, Tello asegura que aunque estos cuentan con contenido altamente tóxico, su forma de actuar en ellas es muy distinta a los que usualmente se usan para controlar plagas de zancudos o cucarachas.
Estos afectan la memoria, el aprendizaje y la comunicación de las abejas, además para el profesor "mientras que estos productos tienen un efecto inmediato, en el caso de las abejas el proceso es más lento y las convierte en portadoras de un veneno que se transfiere al resto de la colmena”.
Esta situación está generando un "alzhaimer colectivo", pues cuando el veneno llega a otros individuos de la colmena, las abejas que salen en búsqueda de alimento no logran encontrar el camino de regreso, por lo tanto no pueden transmitir la información de dónde se puede encontrar alimento.
Como resultado de esta enfermedad, los apicultores deben alimentar las colmenas con tortas de polen ensilado con miel, jarabes de azúcar y jugo de caña, elevando así los costos de producción.