Residuos de los plaguicidas pueden permanecer en el suelo agro hasta por 20 años
Los primeros plaguicidas sintéticos que fueron comercializados para uso agrícola registraban una elevada resistencia a la degradación, lo que incentivó la fumigación de millones de hectáreas con un uso no regulado ni dosificado. Un estudio de la American Chemical Society (ACS), elaborado por Judith Riedo, de la Universidad de Zurich, analizó 46 pesticidas utilizados regularmente y sus productos de descomposición en muestras tomadas de 100 campos, y los resultados registraron altos índices de contaminación de hasta 20 años después de su primera aspersión no regulada.
El impacto de esta contaminación permanente lleva a dos tipos de afectaciones en los suelos de los cultivos; de manera directa, cuando son aplicados sobre el terreno; o de forma indirecta, desde la planta por acción de la lluvia, riego, deposición atmosférica o riego con aguas regeneradas contaminadas.
Entonces, ¿cómo recuperar un suelo que presenta alto grado de contaminación?
La biorremediación de los suelos a través de hongos, bacterias, algas o el compostaje con lombrices, podrían ser alternativas. Dayana Pulido, ingeniera ambiental, asegura que las opciones deben estar enfocadas en la sustitución de fertilizantes químicos por los biopreparados. “El proceso de transición a los biopreparados no es fácil, pero vale la pena empezar a tener en cuenta esta opción como las más prometedora en materia ambiental y en el ámbito de la agricultura”, afirmó. Según el Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido, 80% de la cadena de valor del nitrógeno se pierde durante las emisiones; una opción para el agro son las rotaciones de cultivos fijadores (leguminosas), que transforman el nitrógeno por deposición atmosférica en aire que aporta a la fertilidad.