Reforma tributaria aumentaría el desperdicio de alimentos en 23.000 toneladas anuales
Uno de los mayores campanazos que tiene la reforma tributaria que adelanta el Gobierno es el gravamen a las bebidas azucaradas y a los alimentos ultraprocesados. Aunque se ha argumentado un impacto positivo en materia de nutrición y salud, muchos sectores han estado preocupados por la afectación en la canasta familiar y en el bolsillo de los consumidores.
Juan Daniel Oviedo, exdirector del Dane, explicó desde la estadística el impacto que esta medida podría tener, pues los hogares con menores ingresos tienen estos productos como parte de su dieta, con un consumo per cápita de gaseosas de 52 litros por año.
“Debemos reconocer dos cosas: primero, que los alimentos tienen un elemento regresivo; 25% del presupuesto de un hogar promedio en Colombia se va a alimentos, casi 19% a los que nos comemos en la casa y el resto por fuera de ella. Cuando vamos a los hogares pobres ese peso es de casi 32% y en esos hogares el consumo de bebidas azucaradas y de alimentos ultra procesados tiene un peso relativo más importante dentro de su presupuesto”, explicó en Inside LR.
Pero además de estas medidas, el equipo científico de la Red de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco), señaló que los impuestos a las donaciones de alimentos disminuirían el ingreso de estos recursos para la compra de comidas, lo que aumentaría el desperdicio en más de 23.000 toneladas anuales.Esta situación pondría en riesgo a cerca de un millón de personas en vulnerabilidad.
El panorama ya es grave, pues según Abaco, en el país se tiran a la basura la tercera parte de los alimentos producidos, lo que daría tres comidas al día a toda la población de Panamá, Uruguay y Luxemburgo durante un año.
Juan Carlos Buitrago, director de Abaco, explicó que “el beneficio tributario por la donación de alimentos ha significado una importante herramienta en la evolución de la política contra el hambre y el desperdicio de alimentos en el país”.
Durante 2021, más de 1.000 donantes de la entidad ayudaron a rescatar 29.000 toneladas de productos aptos para consumo humano y se donaron recursos para comprar 10.000 toneladas de alimentos saludables, que sirvieron para mejorar las condiciones nutricionales y alimentarios de 1,2 millones de personas.
“Disminuir este beneficio tributario y además gravar de impuesto a las donaciones de algunos alimentos y bebidas, significa retroceder más de una década en la política contra el desperdicio, motivando a que productores y comerciantes tomen la decisión de vender sus excedentes de alimentos para consumo animal en vez de donarlos para consumo humano. No queremos ver nuevamente a cerdos de todo el país alimentándose con los yogures que deberían estar tomando los niños que no tienen nada que comer”, concluyó.
Las cifras del Dane que indican que 1,9 millones de personas están en situación de pobreza monetaria con ingresos per cápita promedio de $354.000 mensuales, y 5,1 millones viven en pobreza extrema con ingresos cercanos a $161.000, que no sirve para comprar la canasta básica de alimentos.
Ahora bien, con relación a la encuesta Pulso Social del Dane, 13 millones de personas comen 2 veces al día, 670.000 comen 1 vez por día y 51.000 lo hacen menos de 1 vez por día.
“Todos queremos una alimentación sana y saludable para la población colombiana, pero no podemos desconocer la grave crisis alimentaria por la que estamos pasando. Todos los alimentos y todas las bebidas son importantes para aliviar esta crisis que va a durar años”, agregó Buitrago.