"Formalización de la propiedad de la tierra debe ser un pilar en las reformas agrarias"
Agricultura

"Formalización de la propiedad de la tierra debe ser un pilar en las reformas agrarias"

Rafael Hernández Lozano, gerente general de Fedearroz, explicó que la reforma debe contemplar la entrega de tierras productivas
Alejandro Lugo/LR
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En el marco del Foro LR “Lo mejor del Agro: Empresarios y regiones que siembran negocios”, Rafael Hernández Lozano, gerente general de Fedearroz, destacó que la formalización de la propiedad de la tierra debe ser un eje central de las reformas agrarias propuestas en Colombia. Según el directivo, garantizar la seguridad jurídica en el acceso a la tierra es indispensable para impulsar la productividad y el desarrollo rural sostenible.

La agricultura es el corazón de la economía colombiana. Genera empleo, garantiza la seguridad alimentaria y representa entre 6,7% del PIB nacional, mientras que 14% de la población ocupada se encuentra vinculada al agro. Además, a septiembre de 2024, las exportaciones agropecuarias alcanzaron los US$5.600 millones”, resaltó Hernández.

El dirigente gremial subrayó que el sector agropecuario ha demostrado un crecimiento constante en los últimos años, incluso por encima de la economía general. “Por eso debe contar con condiciones favorables, como la formalización de la propiedad, la incorporación de tecnologías y el fortalecimiento de infraestructura”, agregó.

Alejandro Lugo/LR

Hernández recordó que las reformas agrarias en Colombia han tenido antecedentes, como la Ley 200 de 1936, la construcción de distritos de riego entre 1948 y 1953, y la reforma de 1963, que entregó tierras productivas en regiones como el Huila y Tolima. “Es fundamental que una reforma agraria actual contemple la entrega de tierras productivas, porque el campesino que las recibe debe tener las herramientas para generar riqueza para el país”, afirmó.

LOS CONTRASTES

  • Jorge BedoyaPresidente de la SAC

    “El mayor desafío es que lo que está en el papel se traduzca en beneficios para los habitantes del campo. El papel aguanta todo y hay que pasar del dicho al hecho”

Sin embargo, advirtió que los desafíos son mayores en un contexto de cambio climático. “Los fenómenos naturales son cada vez más extremos y afectan la disponibilidad de agua y la productividad agrícola. Es crucial preparar al sector con infraestructura como reservorios, drenajes y distritos de riego funcionales. Si no lo hacemos, los daños para los productores y para el país serán irreversibles”, señaló.

La expansión de la frontera agrícola y sostenibilidad

Otro aspecto crítico es la presión sobre los ecosistemas sensibles. “La expansión de la frontera agrícola hacia bosques y páramos debe ser regulada mediante planes de ordenamiento territorial que vayan más allá de las zonas urbanas y establezcan hasta dónde se puede sembrar”, indicó Hernández.

Además, insistió en la necesidad de una articulación efectiva entre instituciones nacionales y territoriales para implementar políticas integrales. “El desarrollo rural requiere no solo avances tecnológicos, sino también infraestructura: vías secundarias y terciarias, almacenamiento, y nuevos distritos de riego en zonas estratégicas”, afirmó.

Ejes de la reforma agraria propuesta

Para Hernández, una reforma agraria integral debe abordar cinco ejes principales:

  1. Acceso efectivo al financiamiento: créditos con tasas especiales, seguros de cosecha y un sistema financiero más amplio.
  2. Promoción de la productividad: fomentar la asociatividad para acceder a tecnología y capacitación técnica.
  3. Infraestructura: construcción y modernización de distritos de riego, almacenamiento y vías rurales.
  4. Mercados: articulación efectiva para garantizar la comercialización de los productos agrícolas.
  5. Seguridad jurídica: formalización de la propiedad de la tierra para atraer inversión y garantizar estabilidad.

“Llevo más de 30 años insistiendo en que la infraestructura es la base para que el sector agrícola crezca de manera competitiva”, concluyó Hernández. Con este enfoque, de acuerdo con el dirigente, el sector agropecuario podría consolidarse como un motor de desarrollo para Colombia, garantizando tanto la sostenibilidad ambiental como el bienestar de las comunidades rurales.

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