“Queremos impactar a 1,3 millones de emprendedores con este proyecto educativo”
El Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, es la institución que, en Colombia, se ha dedicado a tomar medidas con el fin de liderar procesos educativos en todo el país.
Desde hace dos años, la institución ha tenido la intención de brindarle más oportunidades a los emprendedores rurales. Muestra de ello es la creación del programa CampeSena, una iniciativa que busca una mejor calidad de vida para los habitantes del campo y, específicamente, para los juventud que habita en él.
“Teníamos la intención de mostrar que si se puede educar en el campo con las personas que sean y sin la necesidad de afectar la seguridad alimentaria”, dijo Luis Alejandro Jiménez, director del Sistema Nacional de Formación para el Trabajo y líder del proyecto.
Cifras proporcionadas por el vocero estiman que 74% de los alimentos que se consumen en Colombia provienen de la economía campesina, es decir, de la agricultura. Por esta razón, CampeSena se enfocó en desarrollar programas que no interfirieran con el trabajo del campo, pero que ayuden a una mejor producción y a mejorar los conocimientos de los emprendedores rurales.
Actualmente hay 480.000 campesinos que están matriculados (sin costo) en CampeSena, de ellos, entre 35% y 40% son jóvenes que han decidido quedarse en el campo y luchar por tener mejores oportunidades ahí.
Hay un factor clave que Jiménez estima que se debe considerar para que la juventud no migre a las grandes ciudades y tenga proyectos rurales: el cuidado de las tradiciones del campo. “Hay que mantener las tradiciones culturales de producción en las comunidades para que la relación se mantenga positiva en el campo”, dijo.
La inversión hasta el momento ha sido de $500.000 millones, esto con el propósito de llegar a impactar a 1,3 millones de emprendedores rurales en Colombia y mejorar su economía y la de la agricultura nacional.
Sin embargo, una de las limitaciones que ha tenido CampeSena es la falta de más recursos para optimizar el apoyo para estas comunidades.
Este dinero es clave para que programas de certificaciones, cursos, materiales y tecnologías puedan seguir llegando al campo, incluso para la financiación de proyectos que sean prometedores para su implementación en el campo. Jiménez afirma que los participantes en las convocatorias ha sido totalmente satisfactoria.
“La participación y respuesta de los campesinos es muy alta, tanto en formación especializada en economía campesina como en emprendimientos, pero nos faltan recursos para seguir financiando”.
En cuanto a la formación que se le ofrece a los emprendedores, esta se basa en una educación para el trabajo, por lo que no es necesario que tengan conocimientos académicos avanzados y especializados.