Pros y contras de resolución del cannabis y su uso industrial masivo, según expertos
La reciente resolución de 227 de 2022, reglamentada por el Gobierno Nacional, establece o regulariza los requisitos de licencias y cupos, así como el uso de los componentes de la planta del cannabis en alimentos, bebidas y suplementos dietarios. En torno a la industria cannabica se ha generado un movimiento dentro de la economía colombiana, al que se le atribuyendo cifras en plazas de empleo e inversiones que ascienden a US$500 millones.
Fructíferos resultados para la economía nacional
Según el informe “Grand View Research”, se proyecta que para el 2025 el mercado de la industria cannabica alcanzará los US$63.000 millones; además, según el diario El País, el mercado de exportación de la flor de cannabis supera 50% en el valor de las ventas de cannabis medicinal en el mundo. Esto, con relación al flujo latente de los indicadores económicos que ya representan cifras considerables en Colombia, siendo además pionero en la industria llevando su segundo puesto de exportador mundial de flores en el mercado.
Por otro lado, Fedesarrollo afirma que se generarán cerca de 13.000 empleos por la industria del cannabis medicinal en 2025, proyectando ingresos totales por productos convertidos en US$2.744 millones. A su vez, el cannabis también es un recurso financiero para proponer o incrementar un portafolio de acciones, atribuyendo valores bursátiles al panorama del país andino.
¿Qué puede salir mal?
Por un lado, desde el inicio de la hoja de ruta reglamentaria que se emprendió en la Ley 1787 de 2016, la cual tuvo como objeto crear un marco normativo que permita el acceso seguro e informado al uso médico y científico del cannabis y sus derivados en el territorio nacional colombiano, se visibilizó una problemática similar a las referentes dentro de la ilegalidad. En julio del año pasado, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) alertó al público consumidor de las posibles afectaciones al adquirir productos derivados del cannabis considerados fraudulentos y que no contaban con ningún registro sanitario para su verificación y distribución. La mayoría de las veces estos productos se venden bajo el supuesto de tener propiedades terapéuticas mágicas y por lo general no tienen soporte científico que garantice su salubridad.
También se advierte que el impacto ambiental es significativo. A medida que la industria cannabica incrementa su flujo de operaciones, la incidencia de gases combustibles nocivos para la atmósfera aumenta considerablemente.
Algunas empresas cultivadoras de estas plantas manejan el abono con un generador de CO2 o cilindros que contienen gas comprimido licuado, generando un impacto negativo para el medio ambiente y riesgos para los trabajadores.
No obstante, la industria propende de buenos indicadores para un desarrollo económico, social y laboral. Según lo afirma ProColombia en su Cartilla de la Industria del Cannabis, "El mercado global de cannabis medicinal en 2015 estuvo avaluado en US$11.400 millones y se proyecta que alcanzará los US$43 billones en 2025. La categoría de tratamiento del dolor representó el 39,6% de los ingresos de la industria en 2015 y se proyecta que será una de las de mayor dinamismo en los próximos 10 años, debido al potencial de la planta en el alivio de dolores crónicos y neuropáticos".