Prolacteos Roldanillo, la compañía que produce tres toneladas de queso diariamente

Con una trayectoria de 27 años en el mercado lácteo, Prolacteos Roldañillo se ha posicionado como una de las empresas más importantes del sector en el Valle del Cauca. Un negocio que hasta la fecha cuenta ya con un promedio de 300 a 350 tinas de leche, ha permitido no solo mejorar en términos de productividad de la compañía, produciendo un aproximado de tres toneladas diarias de queso, sino generar empleos a los diferentes actores directos e indirectos que intervienen en la producción láctea.

Es una compañía que se dedica a la transformación de la leche. Así lo cuenta Isabel Cristina Aguirre, gerente general de la compañía, quien junto con su madre, Dulfaris Cifuentes, propietaria de la empresa; su hermana, jefe de planta; Carlos Humberto Vélez, jefe de ventas; y demás trabajadores, llevan a cabo el arte de saber y hacer quesos.

“El arte de hacer quesos lo inician mis abuelos, sin embargo, es mi tía quien empieza con el negocio y más adelante se lo vende a mi mamá; en ese entonces era un garaje con un aproximado de 8 a 10 tinas de leche”, afirma Aguirre.

Prolacteos Roldanillo inició de forma artesanal, produciendo sus alimentos a través de técnicas como el baño de maría en un tanque, el uso de pailas para empaliar el arequipe y los cucharones grandes de madera para hilar el queso. Los pedidos los repartían por medio de una bicicleta y, con el tiempo, adquirieron una moto y una camioneta que les permitió ampliar el margen de ventas.

Con el paso del tiempo, la Unidad Ejecutora de Saneamiento del Valle del Cauca (UES) comenzó a realizar un acompañamiento que, conjuntamente con el esfuerzo realizado por la empresa, permitió pasar de 10 a 80 tinas, y establecer los lineamientos necesarios para la construcción de una planta.

Bajo las normas de Invima, esta empresa inició la construcción de una planta organizada con un flujo unidireccional: un lugar por donde ingresa la leche, se procesa, pasa a los cuartos fríos, se empaca y llega a la zona de los despachos.

La pandemia, además de ser una época difícil en términos de venta y productividad, permitió que la compañía abriera nuevas rutas a nivel nacional. “Nosotros teníamos ruta para Cali y para Pereira, esas eran las dos únicas rutas que teníamos de queso. Adicionalmente, vendíamos en partes aledañas a Roldanillo, municipio del Valle del Cauca, y en pandemia se abrió una nueva ruta al Eje Cafetero”, señaló Aguirre.

Actualmente, además de contar con los registros y certificaciones correspondientes que la avalan para poder maquilarle a otra empresa, la planta cuenta con un proceso promedio de 300 a 350 tinas de leche en una planta más tecnificada que posee tanques para pasteurización, calderas, tanques de enfriamiento, máquina para hilar el queso y para procesar el arequipe, además de dos camiones, dos motos y una camioneta para la recolección y posterior repartición del producto.

Según Aguirre, aunque la producción de quesos y productos lácteos es un negocio atractivo, es complicado lograr mantenerlo a flote por tanto tiempo. “Hoy la leche puede estar extremadamente cara, mañana puede estar extremadamente barata. La venta está muy buena, pero mañana puede estar muy mala. Son situaciones duras y complejas que se tienen que afrontar todos los días”, destacó.

Hoy cuenta con la vigilancia estricta del Invima, así como la presencia del ICA para la respectiva atención de todo el ganado que utilizan en la producción láctea. A través del pago de la cuota ganadera, Fedegan también participa en su inspección, así como la UES que verifica que el punto de venta cumpla con todos los parámetros de higiene y todos los protocolos que se deben cumplir.