Productores de Nariño obtuvieron certificación de calidad para exportar limón Tahití
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Productores de Nariño obtuvieron certificación de calidad para exportar limón Tahití

También recibieron capacitaciones en buenas prácticas agrícolas y de manejo postcosecha, así como fortalecimiento empresarial
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Al menos 99 pequeños productores de lima ácida Tahití de Leiva y El Rosario (Nariño, Colombia) obtuvieron certificaciones habilitantes para la exportación de dicha fruta. El proceso requirió una inversión de $500 millones en infraestructura predial para 136 hectáreas con cultivos en edad productiva de lima ácida Tahití.

Las certificaciones obtenidas comprenden el Registro Predio Exportador (RPE) otorgado por el Instituto Agropecuario Colombiano (ICA), el Certificado Orgánico y la acreditación Global G.A.P.

“Para nosotros, como productores, tener las certificaciones de calidad significa un gran avance, porque mejoramos nuestras condiciones de vida como limoneros y la situación económica de nuestros hogares”, relató Ana Milena Ñáñez, productora de la Asociación Agropecuaria Santa Lucía Leiva.

Las certificaciones se dieron como resultado de las actividades que realiza el Centro de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés) en el norte de Nariño con el proyecto “Colombia Puede: paz y unidad a través del desarrollo productivo y el comercio”, un proyecto financiado por la Unión Europea, a través del Fondo Europeo para la Paz.

Leonardo Rosero, agricultor de la zona, señala que “obtener las certificaciones fue difícil porque los limoneros no sabíamos qué era el Certificado Orgánico ni Global, pero ahora que tenemos los conocimientos, podemos comercializar mejor nuestro producto”.

Además de la inversión para la construcción de centros de acopio, de áreas de bodegaje y de zonas de elaboración de fertilizantes, el equipo del proyecto Colombia Puede brindó acompañamiento técnico a los productores. Se ofrecieron capacitaciones en buenas prácticas agrícolas y de manejo postcosecha, así como fortalecimiento socioempresarial de asociaciones de pequeños productores; finanzas, comercio y comunicaciones. La meta es que cada predio se convierta en un negocio eficiente y sostenible, y que los agricultores mejoren su nivel de vida en el corto y mediano plazo.

“Es supremamente gratificante ver la transformación de los agricultores. En el 2019, cuando llegamos con el proyecto, tenían una concepción distinta y hoy en día pasan de ser campesinos a empresarios. Eso es lo que se han creído y lo que han puesto en marcha. Para nosotros, ver la evolución, no solo en lo técnico sino en lo humano y en lo personal, es maravilloso”, señaló Paola González, Asesora Técnica Local de Colombia Puede.

Uno de los grandes desafíos que tienen los productores de lima ácida Tahití del norte del departamento de Nariño es mejorar las condiciones de producción y comercialización de su producto. El propósito de las certificaciones es que los pequeños productores conquisten los mercados internacionales y que gocen de un precio promedio mucho mayor en el extranjero (casi 70%, según experiencias pasadas) frente a la oferta nacional.

Pedro Arteaga, agricultor del gremio de limoneros, reconoce que estas certificaciones “garantizan que haya producciones sostenibles, mayor demanda de mano de obra y mayores ingresos, no solo para los productores, sino para las personas que hacen parte integral del proyecto y de las comunidades de la región”.

Colombia Puede continúa trabajando de la mano con los productores para que en los próximos meses se certifiquen 20 predios adicionales con el RPE y 38 fincas más con Global G.A.P. Asimismo, para continuar impulsando el desarrollo rural del departamento, se pusieron en marcha las obras para la construcción de un nuevo centro de acopio en el municipio de El Rosario para beneficiar a 2 organizaciones de campesinos y a 25 familias que se dedican a la producción de lima ácida Tahití en Nariño.

“Ahora, como limoneros acreditados, podemos tener una comercialización más avanzada a la que estábamos acostumbrados con intermediarios; por eso le agradecemos al programa Colombia Puede, al ITC y al Fondo Europeo para la Paz porque nos han ayudado a educarnos en la mejora de los cultivos, la calidad de la fruta y la exportación”, concluyó Ana Milena Ñáñez.

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