Las fincas Liviney, Australia y San Jorge producen casi la mitad de la soya del país
La producción de maíz, soya y sorgo es el sustento de miles de familias en el país; de hecho, cifras de Agro Bayer Colombia estiman que el país produce aproximadamente 1,6 millones de toneladas de maíz, de las cuales casi 50% son cosechadas por pequeños productores y que al menos 200.000 familias dependen directamente de ese cultivo.
Uno de los actores protagónicos dentro de la producción de estos cultivos es la comunidad menonita, que en menos de una década consolidó un aumento notorio de la participación de la altillanura dentro de la producción nacional del maíz, la soya y el sorgo.
Según cifras de Fenalce, la producción de fríjol soya en el primer semestre del año en la altillanura ocupa un total de 159.750 toneladas, de las cuales 77.250 (46,48%) corresponde a la comunidad menonita en sus fincas Liviney, Australia y San Jorge. El restante corresponde a La Fazenda (57.750) y productores nacionales/extranjeros (33,750).
Ahora, el área de siembra de fríjol soya en la altillanura con corte al primer semestre de 2023, según cifras de la iniciativa Soya Maíz, Proyecto País, tiene 71.000 hectáreas, de las cuales 46,48% correspondieron a las hectáreas sembradas por los menonitas (33.000), mientras que el porcentaje restante era de La Fazenda (23.000) y de productores nacionales y extranjeros (15.000).
Henry Vanegas, gerente de Fenalce, estima que ellos producen cerca de 200.000 tonelada de grano de maíz seco, lo que representa una quinta parte de la producción nacional, ya que, según el gremio e ingenieros regionales, de las 968.436 toneladas producidas en 2022, 264.459 (27,31%) se produjeron en la altillanura.
Estas son cifras que van en línea con las del Ministerio de Agricultura, las cuales muestran que los cereales son el grupo de cultivos con mayor área sembrada en el primer semestre de 2023, con 58% del área total.
“El fuerte incremento de las siembras de soya se registra desde 2021, principalmente en la zona de los Llanos Orientales. Los excelentes precios internacionales y la alta demanda han permitido que más productores se movilicen a la siembra de este cultivo”, explicó Claudia Liliana Cortés, directora de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria.
Algo que llama la atención dentro de la comunidad y que confirmó su líder Nicolas Klass, es que ellos manejan 80% de transgénicos y 20% de semilla convencional, una relación que funciona como cultivo refugio, el cual “retrasa la aparición de resistencia a la proteína Bt (de Bacillus thuringiensis) en los insectos que son objetivo de la tecnología”, dijo María Andrea Uscátegui, directora ejecutiva de la Agro-Bio.
Estas cifras muestran que la comunidad menonita tiene un aporte clave en la producción nacional de granos y cereales, para satisfacer la demanda de maíz y soya, reducir la importación de estos commodities y tener abastecimiento suficiente para la agroindustria de concentrados y todos los eslabones de la cadena pecuaria.
Ciclo de producción que tiene la comunidad
El ciclo de producción de los cereales cultivados por los menonitas consiste en una serie de pasos; primero, preparan el terreno con labranza, luego realizan barbecheo para destruir terrones de mayor tamaño, seguido del rastreo donde desmenuzan los terrones.De ahí realizan el surcado donde conducen el agua de riego y continúan con la siembra a hilera sencilla en suelo seco o húmedo. Finalmente, usan la fertilización química, los riegos, el manejo de plagas, el control de la maleza, entre otros manejos agronómicos para obtener mejor productividad.
Importaciones de maíz para cumplir demanda
La Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya, Fenalce, afirma que, en Colombia, el maíz es el tercer cultivo con mayor superficie de siembra después del café y el arroz, pero que, a pesar de ello, es el país con mayor volumen de importaciones en Sudamérica y el séptimo en el mundo. En cuanto al maíz amarillo, según cifras del gremio, se importaron 6,11 millones de toneladas que suplen la demanda “insatisfecha” (79% de la producción local), cantidad que podría sembrarse aquí; sin embargo, con corte a 2021, tan solo se sembraba 1% del área potencial.