Por cacao se cambiarían 40% de los cultivos ilícitos
Colombia tuvo durante casi seis décadas un conflicto armado que dificultó el desarrollo de la agricultura del país. Es por esto que la coyuntura actual debe servir para fortalecer este sector y un actor importante en este renacer del campo es la academia.
En este sentido, las universidades deben servir para repensar y replantear las acciones que se han tomado hasta ahora, y ayudar a formular nuevas que se adapten a las necesidades que trae consigo el posconflicto.
Para Luis Carlos Villamil, docente de la facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de La Salle, el posacuerdo reclama una serie de acciones fundamentales para consolidar el desarrollo de los territorios y la reactivación del agro. La presencia cierta y eficaz del estado en las zonas rurales, representada en educación, comunicaciones, salud, carreteras, mercados, seguridad alimentaria es una de estas.
Igualmente, el docente destacó que un factor clave son las instituciones públicas y privadas relacionadas con las regiones, pues estas podrán contribuir al desarrollo de sus áreas de influencia mediante investigación y acciones de extensión, haciendo énfasis en los pequeños y medianos productores.
“Es una gran oportunidad para que las universidades se acerquen a las regiones y se vinculen a las mismas mediante su contribución al desarrollo rural con enfoque territorial, examinando las particularidades regionales, el conocimiento generado por los ciudadanos rurales y los potenciales para la producción y el mercado”, indicó Villamil.
Por otra parte, Cristian Alfredo Salazar, docente de la Universidad Agraria de Colombia, expresó que es fundamental una Reforma Rural Integral que trabaje sobre la lógica de agricultura familiar potenciada desde proyectos de desarrollo alternativo.
“Que se sitúen sobre la población rural incluyendo la reinsertada y desplazada, propiciando condiciones de bienestar, es el momento de plantear proyectos productivos en posconflicto, con el fin de constituirlos dentro de las lógicas de Gobierno y que puedan abordar mercados nacionales e internacionales”, manifestó Salazar.
De acuerdo con el docente, las áreas de producción agrícola dentro del contexto nacional, por lo diverso del territorio, debe tratarse desde la caracterización de las regiones. Los cultivos de siglo corto deben ser explorados. La stevia, por ejemplo, puede crecer en condiciones agrícolas similares a los de los cultivos ilícitos. Según Salazar, se estima que 40% de las zonas de estos cultivos pueden ser remplazados por el cultivo de cacao. La academia debe ayudar en aportar conocimientos propicios para el desarrollo del campo.