Alrededor de 3,4 millones de personas padecen de hambre en Colombia, según la FAO
De acuerdo con datos entregados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, en su informe sobre el Panorama regional de la seguridad Alimentaria y la nutrición de América Latina y el Caribe, en el país, cerca de 3,4 millones de personas padecen de hambre, lo que corresponde a 6,6% de la población, en contraste con 9,2% de lo registrado a nivel mundial.
En 2022, 28,1% de los hogares presentó dificultades para acceder a los alimentos, lo que llevó a que 15,5 millones de personas entraran a un panorama de inseguridad alimentaria moderada o grave.
Esta inseguridad alimentaria, medida a través del módulo de la encuesta Fies, se vio impulsada por factores como la pobreza, la disponibilidad de alimentos, limitaciones en los ingresos, las barreras de acceso, y el costo y asequibilidad para acceder a una dieta saludable.
Frente al porcentaje mundial de personas que no pueden acceder a una dieta saludable durante 2021, que corresponde a 42,2%, la región de América Latina y el Caribe experimentó un aumento de 1,8% en comparación con el año anterior(20,9% en 2020), llegando a 22,7%.
Aunque Colombia ha presentado una reducción entre 2020 (33,7%) y 2021 (31,3%), sigue por encima del promedio regional. Sin embargo, con un promedio de costo de dieta diaria por persona de US$3,3 respecto del costo en la región (US$4,0) y similar al mundial (US$3,6).
“Alcanzar las metas del ODS 2 y de la Asamblea Mundial de la Salud, relacionadas con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición, requiere de la articulación intersectorial y la participación activa de todos en la transformación de los sistemas alimentarios”, precisó la FAO.
Como recomendaciones finales frente a este panorama, la organización exige acelerar las apuestas del PND en materia de Reforma Rural Integral y Derecho Humano a la Alimentación Adecuada, combinar intervenciones inmediatas con planes, políticas y programas para abordar las causas estructurales, y fortalecer la gobernanza territorial de los sistemas alimentarios.
Además, cree necesario mejorar los entornos alimentarios actuales que generan malnutrición, el acceso a factores productivos por parte de familias rurales vulnerables, prevenir y reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos, e invertir en la implementación del plan nacional de lactancia materna y alimentación complementaria y, en el plan nacional de implementación de las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos, Gabas.