Ni el café se salva del malestar que arrasa a los mercados mundiales
Es un momento realmente difícil para ser productor de café. Los precios son deplorables, los cultivos masivos de Brasil se están sumando a la sobreoferta mundial y los pequeños productores de América Central están abandonando la industria. Ahora, el malestar económico que envía señales de socorro en los mercados financieros está sumando un nuevo golpe a este ya frágil producto.
Puede ser difícil creer que las perspectivas económicas juegan un papel importante en la demanda de café, dado que los adictos a la cafeína usualmente pueden arreglárselas de manera relativamente barata. Pero si bien la mayoría de las personas no renunciarán a su sacudida matutina para comenzar el día, es la taza o las dos tazas adicionales las que pueden sentirse como un lujo y terminar siendo eliminadas cuando sea el momento de apretarse los cinturones.
"La perspectiva de la demanda no es muy prometedora", dijo Hernando de la Roche, vicepresidente senior de INTL FCStone en Miami, que ha comercializado café durante más de tres décadas. “En general, una recesión reduciría la demanda del café, especialmente en las cafeterías. Las personas que solían beber una o dos tazas por la mañana en casa, y luego tal vez una taza afuera, probablemente no beberán la última”.
Estas son malas noticias para un mercado que ya se está tambaleando.
Los precios de los granos de arábica, la variedad suave preferida por empresas como Starbucks Corp., cayeron casi un 10% en el último año y en mayo rozaron el mínimo desde 2005. La semana pasada, la Organización Internacional del Café elevó su pronóstico de superávit para el mercado global, que también incluye granos robusta. Olam International Ltd., uno de los mayores comerciantes agroindustriales en Asia, culpó el miércoles a los precios y las ventas de café más bajos por una caída en los ingresos en su unidad de repostería y bebidas.
La caída ha afectado mucho a los productores, especialmente en países con costos más altos como Honduras, El Salvador y Guatemala. La competencia se ha vuelto tan feroz, y los precios tan bajos, que el cultivo del café se ha tornado insostenible para muchos pequeños productores, lo que lleva a sus hijos adultos a evitar el negocio.
Mientras tanto, en Brasil, el principal productor y exportador de café del mundo, la producción se ha acelerado en los últimos años con un proceso de elaboración altamente mecanizado, y no hay señales de que la tendencia se esté desacelerando. La depreciación del real de Brasil también ha incentivado las exportaciones del país. Los exportadores están listos para vender apenas se presente la oportunidad, dada la preocupación por la demanda. En Colombia, el segundo productor de arábica, el peso también es más débil frente al dólar. Los cargamentos de café generalmente se valorizan en la moneda estadounidense.
"Con la volatilidad creada por la guerra comercial, la gente se volverá más cautelosa", dijo De la Roche.