Negociaciones a futuro de café han superado contratos por más de US$150 millones
Hace unos días el Dane reportó que el café disminuyó su aporte al PIB general y al agropecuario en el primer trimestre, pero detrás de esto hay un ambiente de normalidad porque los meses iniciales del año son quietos y la cosecha llega con fuerza entre abril y mayo.
De hecho, en los primeros cuatro meses del año la producción de café llegó a 3,6 millones de sacos; y en lo corrido del año cafetero (octubre-abril), esta va en 8,1 millones de sacos. Pero mientras eso pasa en Colombia, en el exterior el grano nacional así no haya terminado ni si quiera la cosecha del primer semestre, ya está firmando contratos para 2021 y hasta 2022.
Es decir, así no haya café, a multinacionales como Starbucks, desde ya se les está vendiendo. Todo por cuenta de que el sector vive el mejor momento de su historia desde que empezaron a registrarse precios que jamás se habían visto.
Hoy por hoy la carga de 125 Kg continúa arriba de $1 millón ($1.030.000 al cierre del viernes); y en la Bolsa de Nueva York el precio está a US$1,03.
Como este año, esos valores han subido entre 20% y hasta 25%, los exportadores decidieron tomar el riesgo de negociar con los precios actuales, previendo que para el próximo año o para 2022, esos buenos números caigan.
El ánimo ha sido tal que, según explicó Gustavo Andrés Gómez, presidente de Asoexport, “el valor podría estar entre US$150 millones del total de todas las transacciones para los próximos años. En teoría, el café normalmente se negocia a futuro, pero la mayoría lo hace fijando contratos a tres o seis meses, incluso hasta un año o un poco menos; pero a más, es por este tema de precios”.
De hecho, el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Roberto Vélez, explicó que “el mensaje que le hemos dicho a las personas es que empiecen a ofrecer ese café que tienen a futuro. Es momento de aprovechar los precios”.
El gerente lleva insistiendo en esta idea desde finales del año pasado, cuando el valor de la carga se empezó a recuperar y superó el umbral de costo de producción de $782.000.
Los riesgos
Carlos Mario Posada, fundador de la Comercializadora Antioqueña, comentó que “siempre se verá con buenos ojos la negociación a futuro, y se le insiste al vendedor en finca que corra a hacerlo. El problema (que ha pasado), es que el que negocia en Wall Street, le vende a una empresa para enero de 2022, y compró hoy en mayo de 2020. Entonces, resulta que si hoy la carga está a $1 millón en Colombia, y para esa época está a $1,2 o $1,3 millones, el productor puede que no le entregue esa carga. Es gravísimo”.
“Cuando esto pasa, el exportador se enfrenta a una multa en la Bolsa de Nueva York, pero, como siempre, se busca cómo responderle al cliente, entonces se acude a la compra de café sobre el precio de ese momento de entrega (puede ser mayor o menor)”, agregó Gómez.
En otros países como Brasil, de la cosecha de este año, ya hasta 40% está vendida porque hay mayor control de los futuros. Si un caficultor no cumple con la entrega puede enfrentar hasta una expropiación de su finca cafetera, algo que no pasa en Colombia.