Monte Verde, un negocio familiar con un centro de acopio de 14.000 litros por día
Hace más de 40 años, en Ventaquemada, Boyacá, nacía Monte Verde, una granja agrícola que se dedicaba a cultivar productos como el maíz o cebada y que luego se pasaría a actividades ganaderas. Este negocio familiar vivió durante décadas la difícil situación a la que se afrontan los campesinos, pues sus cosechas no eran pagas a un precio justo y a veces perdían lo sembrado. Tras un proceso de agroindustrialización, hoy en día reciben en su centro de acopio leche de más de 200 familias de la región y comercializan productos con valor agregado.
Fernando Merchán, su propietario, y quien es hijo del fundador de la compañía, explicó cómo llegó la empresa a generar competitividad para los campesinos y entregar productos elaborados por ellos mismos.
“Soy un hijo de campesinos, con una raíz y una herencia muy profunda boyacense. Luego de ser una granja agrícola y ganadera, pasamos a ser un motor de producción, de acopio y comercialización de alimentos, intentando construir el desarrollo de la región y buscando ajustarse a los nuevos parámetros del mercado”, dijo.
Para este empresario del agro uno de los objetivos es permanecer en la región para hacer rentable el negocio. “Muchos de los cultivos como el maíz y la cebada han desaparecido, y últimamente ha bajado mucho la producción de papa. La única manera de sobrevivir a los tratados de libre comercio es dando valor agregado a lo que se produce”, señaló.
Monte Verde es una productora de materia prima para la industria alimentaria, que hace productos derivados de lácteos y frutas. La compañía busca satisfacer las necesidades de los consumidores y de la industria alimentaria.
“Tenemos arequipe, leche condensada, yogures con sabores tradicionales, y el griego que tiene una gran acogida. Trabajamos con piña, algunas frutas como la breva, el durazno y también estamos intentando usar las frutas que producen en Nuevo Colón. La mayoría de las frutas, cerca de 80% de la cosecha se desecha por la malformación y que no sirve para las grandes superficies. Nosotros estamos procesando para evitar pérdidas”, dijo.
Aunque es una empresa que nació como familiar, lograron idear mecanismos para afrontar la inflación que presionó al rubro de los alimentos. “Le dimos valor agregado a la producción primaria de la región, compramos la materia prima a los productores locales evitando sobrecostos en traslados o transportes, nos salimos del esquema tradicional”.
Esto les permitió poner más valor agregado en el mercado sin tocar el bolsillo de los consumidores. “Estuvimos muy cerca de $300 millones en ventas el año pasado y en el proceso sacamos unos productos que no gustaron mucho, nos movimos hacia las frutas. El mercado nos va dando las pautas y nos dice qué camino transitar”, añadió.
La empresa cuenta con varios productores que son de la familia y tienen un centro de acopio que está habilitado para procesar entre 12.000 y 14.000 litros de leche por día y para frutas cuentan con aliados de las cooperativas del municipio de Nuevo Colón.
“Tenemos pensado entrar a la leche evaporada, que es una suerte de leche condensada, pero sin azúcar y en el mercado local casi no se conoce. Y lo otro son los quesos madurados”, concluyó.
La empresa también ha contado con el apoyo de Empresas + de Gestora de Proyectos, una compañía de Fundación Grupo Social, tanto para financiamiento como para manejo contable. “Muchas veces uno comete errores para llegar a un final feliz”, dijo.