Moishe Mana, un rockstar del agro local con negocios en aguacate hass y mango

Cuando se trata de personajes sigilosos del agro y de importantes empresarios de este sector en Colombia, se tiene que hablar de Moishe Mana, uno de los inversionistas más grandes de Estados Unidos e Israel, quien ha invertido en tecnología, y con especial fuerza en la siembra de mango y aguacate.

Más allá de su conglomerado inmobiliario en Wynwood y el centro de Miami, desde hace unos años empezó a desarrollar un imperio agrícola en Colombia.

En 2014, junto a su socio y cofundador Chagai Stern, lanzó de manera discreta al mercado Managro Fresh, que hace parte de Mana Agro, una división agrícola del holding inmobiliario del magnate israelí.

Esta compañía montó operaciones en Colombia y compró a las marcas y maquinarias de Pacific Fruits, los líderes en el empaque y distribución de aguacate hass. También tienen alta competencia en la exportación de frutas como mango, piña y limón tahití. Esta empresa no solo genera más de 220 empleos entre directos e indirectos, sino que resultó pionera en mercados que parecían estar lejos del alcance de los productos agrícolas locales, como Arabia Saudita, Hong Kong, Kuwait, entre otros.

Managro había anunciado en 2021 que en los próximos tres años compraría 3.700 hectáreas de tierras, de las cuales cerca de 2.800 hectáreas serían plantadas con aguacate hass a lo largo y ancho del país.

Aunque para entonces la compañía obtenía toda su producción de más de 1.200 familias locales, sus planes de expansión ponen sobre la mesa una necesidad de autoabastecimiento para enviar productos agrícolas al exterior.

Desde la empresa también anunciaron la importación de mejoras genéticas para el aguacate hass desde Israel, con lo que se busca mejorar la productividad del cultivo a través del material genético para un óptimo desarrollo en el trópico.

Los productos de la compañía llegan a más de 15 países, entre los que se encuentran España, Estados Unidos, Japón, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, entre otros.

El magnate había dicho que sus inversiones en agricultura en Colombia para traer tecnología, ayudaría a agilizar el proceso de producción y a demostrar que la agroindustria puede ser sostenible. Durante sus viajes a Latinoamérica, el empresario empezó a darse cuenta que uno de los grandes problemas del futuro, que hoy en día ya son palpables, es la inseguridad alimentaria, razón por la que decidió a inyectar capital al agro, como un negocio con potencial exportador. “La comida será el mayor problema del futuro”, dijo Mana a un diario estadounidense.