Medidas de bioseguridad en fincas productoras prevendrían abortos en vacas lecheras
Por medio de un seguimiento a 7.579 animales y a 10.873 gestaciones, a lo largo de un año, la médica veterinaria zootecnista, Vilma Esperanza Polanía Pardo, magíster en Salud Animal de la Universidad Nacional de Colombia, destacó 22 factores que podrían estar asociados a la pérdida gestacional bovina, la cual es la causante de mayor afectación económica en todos los hatos del mundo.
“En desarrollo de esta investigación se hizo el seguimiento durante todo un año a 7.579 animales, pero como en el mismo año algunas vacas que parieron o abortaron volvieron a quedar preñadas, se hizo seguimiento a un total de 10.873 gestaciones”, mencionó la investigadora.
En el análisis, los miles de bovinos estuvieron distribuidos en 99 hatos de las zonas lecheras de tres regiones del país: Antioquia, altiplano cundiboyacense y Nariño. Allí se realizó una convocatoria a la que los ganaderos se postularon voluntariamente. Las fincas seleccionadas fueron aquellas que llevaban un registro manual o electrónico riguroso del día a día de los animales: cuándo fue servido, cuándo se confirmó la gestación, entre otros momentos relevantes del proceso.
Después de seleccionar los predios se hizo un seguimiento en tiempo real a los animales en el que, mes a mes, se colectaba información de las variables priorizadas. A partir de estos datos se calcularon indicadores de prevalencia e incidencia, siendo esta última una medida muy importante y poco usada por el costo y el seguimiento que implica.
Polanía resaltó que “la mayoría de los estudios hechos en el país son muy puntuales, de prevalencia: es como si se tomara una foto; mientras que la incidencia es una mejor medida de enfermedad por ser más dinámica y permite analizar lo que está pasando en el hato (como el video completo)”.
Así las cosas, al medir todo un año, se observó el comportamiento del fenómeno de las pérdidas mes a mes: cuándo se incrementó, si se redujo o si se mantuvo estable. Es la primera vez que se mide en el país la tasa de incidencia de pérdida gestacional bovina, en las tres regiones de lechería especializada, afirmó.
Lo anterior permitió observar diferencias entre las regiones, en donde se descifró que de cada 100 animales en riesgo de aborto, 22,8 presentaban pérdida gestacional al mes.
Para reducir este impacto, la investigadora Polanía destacó la importancia de tener una finca protegida: comprar animales en sitios de confianza, reducir la entrada y la salida de estos y ser conscientes de que "muchas veces el ganadero es el mismo que lleva las infecciones al hato, pues asiste a ferias y a otros hatos y no se desinfecta cuando vuelve a su finca".
“Lo que estamos haciendo ahora con la COVID-19, porque sabemos que podemos traer el germen de la calle, es lo que deberíamos hacer siempre: cuidar la bioseguridad. Si la pandemia nos dejara esa enseñanza para las fincas, ya sería una enorme ganancia”, puntualizó la investigadora.
Este trabajo formó parte de las investigaciones que adelanta el grupo de investigación Reproducción Animal y Salud de Hato de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia (UNAL Sede Bogotá), liderado por los profesores Jorge Luis Zambrano Varón (director de esta tesis), Claudia Jiménez Escobar (codirectora) y Harvey Lozano Márquez. Dichas investigaciones buscan estudiar la epidemiología y la dinámica de las enfermedades que afectan la eficiencia reproductiva en bovinos.