Más de 1.300 familias agricultoras de mora, lulo, guayaba y mango detrás de Hit Social

Colombia produjo en promedio 8,4 millones de toneladas de frutas el año pasado, la mayor producción se dio en plátano que abarca 46% del total producido, seguido por piña (9%), cítricos (7%) y aguacate (4%). Para el caso específico del lulo, la producción en 2018 superó las 100.000 toneladas, según cifras de Asohofrucol.

Pese a los buenos resultados del sector frutícola, son muchos los campesinos que no reciben un precio justo por sus cosechas y productos. Pero, este panorama es distinto para algunos productores de frutas en Colombia, que gracias a iniciativas como Hit Social Postobón, hoy hacen parte de una cadena de valor sostenible e inclusiva.

Este programa operado por la Fundación Haciendo Equipo de Postobón y que apuesta por transformar el campo colombiano y aportar a la construcción de la paz en las regiones, beneficia actualmente a 1.327 familias agricultoras de mora, lulo, guayaba y mango, que pertenecen a 26 asociaciones agrarias de los departamentos de Risaralda, Valle del Cauca, Cauca, Tolima, Bolívar y Santander.

A estas asociaciones Postobón les compra a precios justos, cerca de 4.000 toneladas de fruta al año. En Belén de Umbría, en Risaralda se produce mora y lulo, los cuales surten, en un buen porcentaje, la línea Hit. Además, recientemente el programa sembró 3.673 plántulas de guayaba equivalentes a ocho hectáreas, en la vereda Ceilán, en el municipio de Bugalagrande (Valle del Cauca). Estas ocho hectáreas hacen parte de una proyección de 74 hectáreas a sembrar este año, ampliando así el alcance de Hit Social Postobón a nuevos cultivos, además de los actuales de mango, mora y lulo.

“Hoy en día, las familias del programa Hit Social proveen 26% de la fruta que adquiere Postobón para la producción de Hit y Tutti-Frutti”, agregó Martha Ruby Falla González, directora de sostenibilidad de Postobón, quien además destacó que una de las metas que tienen para 2024, es que 60% de la fruta provenga de estas asociaciones.

Por otro lado, Falla indicó que cuando Postobón entró al negocio de las bebidas con fruta, se dieron a la tarea de crear un modelo para fortalecer la capacidad productiva de pequeños agricultores y vincularlos a la cadena de valor de la compañía. Hit Social se dedica a desarrollar una cadena de abastecimiento de fruta inclusiva, por medio de la vinculación de agricultores como proveedores, bajo condiciones gana-gana.

Vale destacar que, a la fecha 26 asociaciones hacen parte de esta iniciativa, una de ellas, la Asociación de Productores de Lulo del municipio de Belén de Umbría (Aslubel) que le vende a Postobón semanalmente 25 toneladas de lulo, incluso la cifra puede ser mayor, y lo que garantiza el programa es que la venta de la fruta siempre está asegurada, así lo señaló Diego Echeverry, representante legal de la asociación.

En Risaralda según cifras de Asohofrucol, la producción de lulo el año pasado fue de 2.681 toneladas, del total de producción, Aslubel cuenta actualmente con 40.000 plantas sembradas de lulo, producto que es vendido a la empresa de bebidas para la realización de Hit.

Aslubel se creó en 2007 con 57 familias productoras, pero la crisis, el clima, el mercado y los precios la llevó al declive y estuvo al borde de la liquidación hasta que empezó a hacer negocios con Postobón. La asociación tiene hoy 43 afiliados y representa un caso de éxito del pequeño productor.

La Asociación de Productores de Lulo del Municipio de Belén de Umbría (Aslubel), es una de las 26 asociaciones que hacen parte del programa Hit Social de Postobón.

Diego Echeverry, un pequeño productor de lulo y actualmente representante legal de Aslubel, para quien más que proveedores de fruta son aliados de la firma de bebidas, habló de cómo esta iniciativa les ha permitido vender a precios justos, mejorar su calidad de vida en un 90% y convertirse como el mismo lo dice en ‘empresarios del campo’. Además Echeverry destacó que: “planta que siembran, planta que ya está vendida”.

¿Desde hace cuánto hacen parte del programa?
Aslubel empezó en 2007 con la necesidad de comenzar a comercializar lulo, en ese tiempo éramos 57 familias, pero hubo un declive y quedamos solo 22 productores. En el programa Hit Social estamos desde 2013, lo que ha sido muy beneficioso, pues pasamos de 22 productores a 43 familias cultivando.

¿Cuál ha sido el principal apoyo que les ha brindado Hit Social?
Uno de los principales apoyos ha sido el apadrinamiento en el tema de comercialización, hasta el día de hoy Aslubel ha podido asegurar la venta de la fruta. Hit Social nos apoya con estudio, además cuando arrancamos a trabajar con Postobón nos donaron de herramientas que nosotros no teníamos y nos han capacitado en diferentes temas.

¿Qué cantidad de lulo le venden a Postobón?
El convenio que tenemos es de 25 toneladas semanales.

¿Cuántas hectáreas de lulo tienen sembradas?
Tenemos 40.000 plantas, es decir 40 hectáreas tanto en producción como en levante.

¿Dónde entregan la fruta que producen?
Cada productor trae la fruta al centro de acopio que tenemos en la zona urbana, aquí la recibimos, la pesamos y facturamos, además hacemos control pos cosecha y fitosanitario. Del centro de acopio se envía a la planta de Tulúa.

¿Cómo esta iniciativa les ha mejorado la calidad de vida?
Yo diría que la calidad de vida de los productores de Aslubel ha mejorado entre 80% y 90%. Nos sentimos ya como empresarios del campo. Además, tenemos nuestra comercialización asegurada, tenemos una empresa que nos paga puntualmente y que siempre nos está apoyando. Nosotros hemos sido ejemplo para personas que nos han visitado de todas las regiones del país y les hemos enseñado que es mejor tener 400 plantas de lulo o de mora que tener 1.000 matas de coca. Este es un modelo que hay que multiplicar y que va a llegar muy lejos.

Iniciativa facilita el acceso a recursos
El programa se enfoca en apoyar a los agricultores desde dos perspectivas. La primera, facilitándoles el acceso a recursos propios para la actividad agrícola como capital, insumos, tecnología y, segundo, ayudándolos a desarrollar las capacidades necesarias para que sean más competitivos y mejoren su calidad de vida, no solo por medio de acciones que aumenten sus conocimientos técnicos, sino también brindándoles habilidades de emprendimiento.