Los preparativos para la cosecha de arroz que empieza a salir desde esta semana
El Consejo Nacional del Arroz estableció en enero de 2020 que la meta del área sembrada de arroz para este año sería de 531.413 hectáreas. Esta cifra representa una disminución frente a las 539.553 sembradas el año pasado, sin embargo, cabe recordar que la meta se fija con el propósito de que el sector mantenga precios competitivos a lo largo del año, y estos se ven afectados cuando hay un exceso de producción.
Sobre las perspectivas de este año Rafael Hernández, gerente general de Fedearroz, explica que “creemos que la producción va a estar un poco por encima de la meta trazada al principio del año, porque con la pandemia y la cancelación de las exportaciones de algunos países productores para proteger su seguridad alimentaria los precios internacionales han reaccionado de forma positiva, y seguramente los productores han hecho cuentas y han resuelto aumentar su área sembrada por las buenas perspectivas”.
Sin embargo, la clave especialmente ahora que empezará salir la cosecha grande del año, porque sale al mercado la cosecha de secano de los Llanos Orientales, es que no se presenten niveles alarmantes de sobreproducción para mantener competitivos los precios del arroz colombiano en los mercados nacionales e internacionales.
Justamente, uno de los factores que serán determinantes para mejorar la productividad y competitividad del sector nacional es la implementación de técnicas de agricultura de precisión. En ese sentido, una de las grandes apuestas de Fedearroz es el programa Amtec 2.0, que ofrece a los productores herramientas para el uso de la información de las estaciones meteorológicas para la toma de decisiones.
Aquí se combinan con sensores de rendimientos y uso de imágenes satelitales para lo obtención de mapas por ambientes, levantamientos topográficos con RTK y tecnologías para aumentar la eficiencia del riego y monitorear la cantidad de agua usada en el cultivo del arroz, entre otros. Estas tecnologías, explica el gerente de la agremiación, ayudan a los productores a bajar sus costos de producción, incrementar la eficiencia en procesos como la preparación de suelos y la recolección, y mejorar los rendimientos, al reducir el consumo de agua hasta en 1,5 toneladas por hectáreas y la necesidad de fertilizantes y agroquímicos.
“Esto es fundamental para que logremos mejores cosechas a menores costos, que es determinante para que seamos competitivos a nivel internacional. Cuando termine el TLC con Estados Unidos tenemos que estar produciendo por debajo de US$300 por tonelada, de lo contrario nos van a sacar del mercado por precios, por eso es fundamental que todos nos capacitemos e implementemos estas herramientas de agricultura de precisión, para que nuestra actividad persista en el tiempo”, anota Alberto Mejía, socio de la Hacienda El Chaco en la meseta de Ibagué (Tolima).
Actualmente, el costo de producción de una tonelada de arroz en el país ronda, en promedio, US$340, sin embargo, los productores que están trabajando con las herramientas del programa Amtec 2.0 han logrado llegar a costos de producción de aproximadamente US$260, por lo que la Federación busca seguir promoviendo la implementación del programa en todo el territorio nacional.
“En este momento 53% del área de sembrada de arroz ya maneja las prácticas de Amtec, y eso nos ha llevado a que estemos reduciendo en el país el promedio del costo de producción, estamos cerca de US$300, por eso nuestra meta para el 2025 es que 80% del área sembrada esté en el programa”, concluye Hernández.
Se requiere más que el uso de tecnología
Sin duda la implementación masiva de tecnología, la investigación y el mejoramiento genético son determinantes para aumentar la competitividad del sector a nivel internacional, sin embargo, esta debe ir de la mano de otros elementos, como el uso de semillas certificadas en la totalidad de los cultivos y la inversión del sector público en la construcción de distritos de riego y reservorios, para cambiar las áreas de secano a riego. Esto, además, debe complementarse con la construcción de las vías secundarias y terciarias que se requieren.