Los cuidados clave para combatir la mosca del Mediterráneo en cultivos de durazno
La mosca del Mediterráneo es una de las plagas agrícolas más peligrosas, que incluso está catalogada como plaga cuarentenaria en todo el mundo. Esta ataca a más de 250 especies frutales como la pera, manzana, guayaba y durazno, entre otras, causando daños físicos en la pulpa de la fruta, producidos por las larvas.
La plaga presenta unas características que la vuelven de difícil manejo como su alta adaptabilidad a distintos climas, ciclo biológico corto, alto potencial a nivel reproductivo y de distribución mundial, con una gran polifagia, que es una sensación y concentración única que vuelve al organismo imparable a la hora de comer, y le permite afectar a más de 300 tipos de frutas y hortalizas.
Según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), aproximadamente 2.200 hectáreas de durazno de pequeños y medianos productores están en un alto riesgo por el ataque de la mosca de la fruta, como también se llama, en los departamentos de Boyacá, Norte de Santander y Santander
Los principales departamentos productores de durazno, según el ICA, son Boyacá, con un área sembrada de 584 hectáreas; seguido de Santander, con 270 hectáreas; y Norte de Santander, con 1.308 hectáreas.
Es necesario que los productores de este cultivo aprendan a aplicar las medidas de prevención recomendadas para evitar la llegada de esta plaga que puede dejarlos sin producción.
Según el ICA, para el control de la plaga se debe realizar una recolección y un manejo adecuado de los frutos que puedan tener larvas. Si se lleva a cabo este paso, se puede cortar el ciclo de vida de la plaga, porque impide que se desarrollen hasta el estado adulto, ya no podrían poner más huevos, disminuyendo las poblaciones y ataques en los cultivos.
Esto significa que se deben recolectar los duraznos maduros, sobremaduros y afectados por la plaga, tanto de los árboles, como del suelo dentro, alrededor y en las vías cercanas.
Se deben disponer adecuadamente mediante tres opciones; el primer paso es introducir la fruta recolectada afectada en bolsas negras calibre No. 4 que no presenten perforaciones, luego se debe cerrar la bolsa y dejar expuesta al sol durante 20 días o más, en una zona fuera del alcance de animales domésticos, teniendo en cuenta el clima donde esté situado la cosecha.
Al finalizar los 20 días, se puede esparcir el contenido de las bolsas negras en el suelo para su descomposición, cubriéndolo con una capa que contenga 5 cm de cal y suelo.
La segunda opción es depositar los frutos recolectados en una fosa y aplicar una capa de cal y de tierra, los frutos deben quedar enterrados mínimo a 30 cm de la superficie; y por último, la opción tres es depositar en una fosa los frutos recolectados, cubrirla completamente con una malla fina de 40 mesh.
Cabe resaltar que estas medidas de prevención y control fueron establecidas en la Resolución ICA 995 de 2019 para el manejo la plaga mosca del Mediterráneo, conocida científicamente como Ceratitis capitata.