Las visiones opuestas en el sector agro sobre la revisión del TLC con Estados Unidos
El pasado 17 de agosto, en medio de un encuentro del sector caficultor en Pitalito, Huila, el presidente Gustavo Petro anunció que renegociaría el Tratado de Libre Comercio, TLC, con Estados Unidos. Sin embargo, un día después de esas declaraciones, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, aclaró que no se había hecho una solicitud para renegociar el TLC, sino que estaban en proceso de revisión, un proceso distinto al que dijo el presidente Petro.
La revisión del TLC con Estados Unidos tiene diferentes perspectivas desde el sector agropecuario. Por ejemplo, los ganaderos hablan de la necesidad de acelerar el ingreso a ese mercado con la carne bovina, mientras que los cerealistas buscan una clasificación arancelaria al maíz importado de ese país. Otros gremios, como Fedecacao, aseguran que ha sido beneficioso para las exportaciones del sector y Fenavi está en el camino para enviar pollo colombiano a EE.UU.
“Hay pocos márgenes de maniobra para la revisión de un acuerdo comercial, como los protocolos de admisibilidad fitosanitaria de interés de Colombia a Estados Unidos. Hay varios procesos que ese país ha retrasado significativamente, lo cual ha implicado que no puedan entrar todos los productos porque no se han aprobado, ese tipo de cosas son las que se pueden revisar”, explicó Jeffrey Fajardo, presidente ejecutivo de Porkcolombia.
Fajardo explicó que el sector porcícola es un caso emblemático, ya que, como consecuencia de la entrada en vigor del acuerdo, quedó desgravada en un plazo de cinco años, entre 2012 y 2017.
“Porcicultura fue el sector que más rápido enfrentó la competencia con EE.UU. El sector vivió lo que se denomina como protección efectiva negativa, lo cual significa que los insumos y la materia prima para la producción de industria se desgravó más tarde que el producto final, que es la carne de cerdo, por lo que se importó carne a 0%, mientras todavía se pagaba arancel para el país” dijo.
Óscar Cubillos, jefe de la oficina de planeación y asuntos económicos de Fedegan, aseguró que en las dos principales cadenas de valor del sector ganadero hubo balanzas comerciales deficitarias frente al comercio con EE.UU. En el caso de leche y derivados, fue de US$124 millones; mientras que en carne, fue de US$45 millones.
“En ese sentido, lo que se ha solicitado en diferentes oportunidades a EE.UU. es que facilite la entrada de carne colombiana a este mercado, sabiendo que Colombia ha venido cumpliendo un plan de actividades necesarias para el ingreso a este destino. Viene allí entonces la oportunidad de revisión del TLC, porque evidentemente el comercio de carne y leche ha sido desequilibrado y poco justo”, explicó.
Henry Vanegas, gerente general de Fenalce, explicó que, haciendo uso del principio de igualdad, se debe extender esa medida compensatoria al productor local de maíz (sin tocar lo arancelario).
“Asignar una clasificación arancelaria al maíz importado de EE.UU. es clave. Lo que está en mora de hacerse desde el punto de vista técnico es la correlativa arancelaria entre los dos países. El maíz dentado es más indicado para su uso en alimentación animal, mientras que el maíz flint (de endospermo duro, cristalino), que producimos en Colombia, es preferido para consumo humano”, explicó.
Otros de los puntos son equiparar o armonizar los parámetros de calidad sanitaria y fitosanitaria del maíz para consumo animal y humano; y aceptar maíz amarillo importado solo grado dos, sin recibir de menor calidad, que impactan directamente el precio de la plaza en el mercado local y se convierte en una competencia desleal.
“Se debe acordar con el Consejo de Administración que en adelante se administren las importaciones con unas ventanas para que no lleguen las importaciones en la época de salida de las cosechas nacionales y no se le reduzcan los espacios de comercialización al productor local de maíz”, explicó Vanegas.
Gonzalo Moreno, presidente ejecutivo de Fenavi, dijo que, para realizar una renegociación del TLC, como en principio dijo Petro, se necesitaría un acuerdo de los dos países. “No lo creemos conveniente. Debemos aprovechar el TLC en el caso del sector avícola, con la admisibilidad sanitaria del pollo colombiano a Estados Unidos”, expresó.
Eduard Baquero, presidente ejecutivo de Fedecacao, dijo que el TLC con EE.UU. ha sido beneficioso para las exportaciones, “considerando que el cacao en grano, la manteca de cacao y la pasta de cacao cuentan con libre acceso al mercado estadounidense y, para algunas preparaciones alimenticias que contienen cacao, como es el caso de los chocolates bajos en grasa, el TLC acordó una desgravación a 15 años”.
El dirigente gremial agregó que “toda acción que restrinja, encarezca o dificulte el acceso al mercado de EE.UU., de materia prima o de productos a base de cacao desde Colombia, afectan directamente al cacaocultor y pone en riesgo la garantía de compra con que hoy día goza”.
¿Cómo estarían algunos productos del agro sin el TLC con Estados Unidos?
María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo-Americana, AmCham, dijo que, sin el TLC, el café colombiano en Estados Unidos tendría un arancel entre 10% y 20%; las flores 5% más, el aguacate 5% y la tilapia 20%. Otros de los efectos que señaló la vocera es la presión inflacionaria, puesto que productos como el maíz son importados con arancel 0% y encarecería otros productos como el huevo, la carne de pollo y cerdo, que son subsectores que usan el concentrado para alimentar a los animales.