Las hectáreas que perdió el café en cuatro años equivalen al área de Armenia
Para la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (Fedecafé), además de la preocupación que hay por la caída del precio de la libra del café en la Bolsa de Nueva York (que cerró el viernes en US$0,93), la baja en el área cultivada del grano prende las alarmas en el gremio.
Y es que mientras en 2014 había 948.533 hectáreas cultivadas, en 2018 la cifra bajó 6,7% llegando a 884.282. Esta última medición significa que se perdieron más de 64.000 hectáreas equivalentes a 642 kilómetros cuadrados (km2), es decir a casi el total del área de Armenia, Quindío (650 km2).
El gerente de la Fedecafé, Roberto Vélez, dijo que esto es preocupante y se explica como consecuencia de dos hechos puntuales. “Primero, la baja rentabilidad de la caficultura, y dos, la baja de los precios. Con estas dos condiciones la gente está buscando mejores ganancias en otros productos”, comentó.
Sin embargo, aunque bajó el área cultivada, la producción creció 11,7% al comparar el resultado de 2014 cuando estaba en 12,1 millones de sacos, y en 2018, cuando cerró en 13,5 millones. Este año se busca llegar a una producción entre 13,7 millones de sacos y 14 millones.
En este punto se basa el Gobierno para hablar sobre la situación del café y no encender alertas. El ministro de Agricultura, Andrés Valencia, explicó que “en el café lo que ha venido pasando es un aumento en la productividad, ha vivido una subida en la densidad de número de árboles por hectárea. Ahora, acá aún hay que trabajar y mantener los cafetales jóvenes, por esto dimos el incentivo de $38.000 millones que se suman a los $12.000 millones que ya había en la Bolsa Nacional del Café. Estos $50.000 millones, que son casi $1 millón por hectárea de fertilización, buscan incentivar 50.000 hectáreas en 2019”.
La idea del Ministerio es que se siga aumentado el rendimiento por hectárea, que en los últimos cuatro años creció 25%, al pasar de 15,5 sacos de 60 kilos por hectárea en 2014 a 19,5 sacos el año pasado.
Sobre el área cultivada, Vélez explicó que “el calentamiento global generó que en algunas zonas hoy definitivamente no sea rentable el cultivo, lo que hace que sean marginales para la caficultura”. Esto haría que estas hectáreas no vuelvan a ser cultivos de café ya que el calor las hace más frágiles a la roya, por lo que los productores se quedarían con otros productos.