La tilapia y la trucha, los pescados locales más apetecidos en los mercados extranjeros
Una de las mejores oportunidades de negocio en el sector agropecuario puede estar en la acuicultura. Aunque el consumo per cápita de pescado en Colombia es mucho menor respecto al mundial, pues según datos de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap) apenas llega a 9,8 kg, mientras que el mundial ya pasó los 20 kg, las exportaciones de especies como la tilapia han crecido considerablemente.
Estados Unidos es el rey de los mercados a nivel internacional para la producción de nuestro pescado. Entre 2021 y 2022 las exportaciones a ese país aumentaron de 13.922 a 17.966 toneladas, con una variación de 29,1%. Eso significó un aumento de US$74.914 a US$103.684 en total, según cifras del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Los países que le siguen en dicho ranking son México que recibió 235 toneladas y subió 237,2%, y pasó de US$415 a US$1.554; y Perú, que recibió 219 toneladas por un valor de US$1.380. A Reino Unido llegaron 195 toneladas y a Canadá 176 toneladas.
Los productos más apetecidos son la tilapia y la trucha en sus diferentes presentaciones, que comprenden pescado refrigerado, congelado y filetes.
La exportación de filetes de tilapia ha tenido un crecimiento considerable y solo entre 2021 y 2022 subió 39,8%, ya que los envíos pasaron de US$46.695 a US$5.264 toneladas. La tilapia fresca refrigerada (sin hígado, huevas o lechas) creció 33,6% y se envió carga por un valor de US$23.675, US$5.948 más que el año anterior.
Los filetes congelados de truchas tuvieron un alza de 96%, ya que se enviaron cargamentos de US$7.316 y ocupan el tercer renglón de los que más crecieron.
Los departamentos que más exportaron fueron el Huila con la suma de US$54.165 y una variación de 17,4%, seguido de Antioquia, con US$44.821 y un alza de 130% y Cundinamarca, que envió US$4,190 al exterior.
Algunas empresas locales han visto el crecimiento por la exportación de tilapia a EE.UU., como es el caso de Piscícola Botero. Su gerente, Efraín Botero, inició en los años 90, y tuvo que pasar dificultades, dado que en ese entonces no existía la infraestructura suficiente para la acuicultura.
Entre 2000 y 2008 el negocio se frenó debido a hechos de violencia que generaron que Efraín Botero se fuera del país. Al regresar, el emprendedor llegó con la visión de exportar, y para esto iniciaron la producción en tierra ya que en la represa Betania las áreas para cultivo eran limitadas. En 2009 la Piscícola Botero construyó una sala de proceso para cumplir con estándares de calidad como los del Invima y el Haccp, y así tener la certificación para exportar.
“Nos dimos cuenta que en este negocio el que se lleva el mayor porcentaje de rentabilidad es el comerciante. Como productores, tenemos que asumir el riesgo de que el pescado cumpla un kilogramo y pueden pasar hasta ocho meses, entonces a la medida que íbamos creciendo en producción, vimos una alternativa de exportar a Miami”, explicó Brian Botero, hijo de Efraín, quien precisó que hoy en día solo hay cinco salas en el país que pueden exportar, y una de estas, es de la empresa.